30 de març 2019

Puerto Rico. Batalla por el paraíso.

Puerto Rico. Batalla por el paraíso.
Es el nombre de un libro de la activista canadiense Naomi Klein. Los efectos del capitalismo financiero sobre la bellísima isla después del doble shock del 2017. La quiebra económica y el demoledor huracán María.
Pero esta batalla viene de antiguo. Los españoles ocuparon Puerto Rico y masacraron a los indígenas. Las otras potencias lo saquearon a menudo y  Estados Unidos se lo quedó con todas las colonias que le quedaban al decrépito imperio español.
Cuba se independizó con guerrillas nacionalistas y revolución. A Filipinas la ocupó Japón, una potencia rival, pero Puerto Rico sigue siendo una colonia. Legalmente su destino depende del Congreso USA y sus residentes no pueden elegir al Presidente aunque pueden trasladarse a Estados Unidos. Es lo que habían hecho los del gang de West Side Story. La adaptación de Romeo y Julieta a las luchas de dos grupos de jóvenes en New York.
Al ser PR un estado libre asociado, una colonia para entendernos, no tiene la cobertura a emergencias que da el gobierno federal. Tampoco la situación es la misma en pensiones o sanidad. Los impuestos de riqueza y sociedades son mucho más bajos y esto hace a PR atractivo como residencia para los ricos.
La suma de todo hace que las opciones actuales, conversión en el estado 51 o status quo, estén muy repartidas. La independencia ahora es una opción minoritaria por varios motivos entre los que hay la desaparición del alistamiento obligatorio para las guerras de USA, las dificultades para un desarrollo económico independiente de los países pequeños de la zona y la continuidad de la cultura local, incluyendo el castellano.
Se han hecho varios referendums pero no valen. La decisión es del Congreso USA. Los republicanos no quieren cambios. Les vale un paraíso fiscal con poco coste para los ricos a los que se deben. Los portorriqueños votan demócrata cuando pueden votar. Como ejemplo Alexandria Ocasio-Cortez, la congresista más joven de la historia y estrella de la nueva izquierda. Frente al Congreso de la isla hay estatuas de los Presidentes que la han visitado desde la Primera Guerra Mundial. Todos demócratas. Trump tuvo que ir cuando se conocieron los daños del huracán María. Visita breve que incluyó un lanzamiento masivo de rollos de papel higiénico desde su helicóptero.
Ya en 2013 se decía que PR tenía los mismos problemas de Grecia. Ambos endeudados, con mucho paro y sin poder devaluar una divisa que no controlaban. En 2016 la deuda era del 103% y el déficit del 3.2% del PIB. Más o menos como España. Es el estado más pobre de USA y su sueldo mínimo, más o menos la mitad que en el resto del país. Un 41% de la población está por debajo del límite de pobreza, aunque este concepto no tiene nada que ver con lo aplicable a Haití. El huracán María ha sido el peor de los últimos 100 años, con ráfagas de más de 300 km/h. Se empezó hablando de 16 muertos y ahora se discute entre 2.600 y 3.300. Partes de la isla tardaron 190 días en tener electricidad.
Para algunos no hay mal que por bien no venga. Es la terapia del shock para forzar cambios en las sociedades neoliberales. Se ha pagado poco de los fondos de reconstrucción y Trump los quiere reducir. El objetivo es forzar la emigración fuera de la isla y comprar a bajo precio terrenos y edificios derruidos.
Convertir la isla de clima ideal en un paraíso para ricos que pagarán pocos impuestos. Las plusvalías están en el suelo urbano y en las playas. Muchos de los problemas y resistencias recuerdan España. Ada Colau ha escrito la contraportada del libro de Klein junto con la alcaldesa de San Juan.
Los que no han marchado, viven del turismo. San Juan, la capital es el puerto de cruceros más importante del Caribe. Cada día miles de cruceristas pasean y gastan en el Viejo San Juan. Era el primer puerto para los barcos españoles atravesando el Atlántico y objetivo de piratas, ingleses, franceses y holandeses. Lo recuerdan varias fortalezas y tiendas que cierran cuando marcha el último crucero y las antiguas calles quedan vacías.
Hemos llegado a Puerto Rico desde Dominicana en un ferry de bandera griega. Cada día hace el trayecto alternando sentido y la mayoría del pasaje es dominicano con mucho equipaje. Entrar en PR tiene las mismas dificultades que en USA. Hay que solicitar la ESTA, equivalente a un visado. Pagar y esperar que se conceda. Después numerosos trámites y preguntas antes de abordar y desembarcar. Invertir 1.3 M$ da la residencia en USA. El muro sólo existe para los pobres.
Después de un día de pasear todo el Viejo San Juan, el bus que regresa al barrio de Santurce en que nos alojamos se paga en monedas y sólo tenemos billetes. Nos ayudan una antigua cantante portoriqueña y una emigrante dominicana y en la charla comprobamos que sus vidas siguen los problemas de la isla.
Otro mundo es el de los trabajadores del restaurante "La Casona". El dueño, gallego, nos da pistas de antiguos familiares de hace tres generaciones. El camarero catalán nos pregunta por Barcelona y el gaditano canta una chirigota. Un par de buenas librerías y sugerencias. Para los autores jóvenes es recurrente el tema de marchar y volver. USA, Cuba y Dominicana. Privilegios de cultura compartida en un país con algunos problemas similares a los nuestros.
Alquilamos un coche para ir a la reserva nacional del Yunque, una selva en las montañas centrales. La mayoría de los senderos están cerrados después del María pero queda uno que nos permite llegar al punto más alto con vista a Caribe y Atlántico. Después playa. Luquillo tiene 60 puestos de comidas y una enorme playa de libre acceso. Las playas cercanas a la capital las ocupan resorts, hoteles y bloques de apartamentos en plena fiebre constructora.
La ciudad reproduce las características de las ciudades USA. Solares y edificios degradados y modernos espacios residenciales semi cerrados. Poco respeto al espacio público excepto en las zonas turísticas. Primacía del vehículo privado con tímidas apariciones de carriles bici y bus. Mayor seguridad de la que se deduce de la desaparición de los peatones al anochecer.
Ferry de vuelta a Santo Domingo. Los mismos camareros y marineros. Descansan el día en que no hay ruta y nuestro amigo haitiano está contento porque mañana libra y porque hemos hablado bien de su país.
En Santo Domingo, Colón está muy presente. En su catedral se encontraron unos huesos que quizá eran suyos. El edificio más antiguo fue la residencia de su hijo. En Haití está la presunta ancla de la Santa María, su nave.
Los edificios antiguos son instituciones culturales dominicanas. Academia de Ciencias, Sociedad Bibliográfica. Hay una amplia lista de entidades participantes y sorprende la falta de contacto con alguna entidad española. España se vive como algo lejano y áspero. Lo cercano son los gallegos, canarios, catalanes, amigos conocidos, Serrat, Sabina...
Diario libre tiene dos noticias importantes. El Barça está en pleitos contra un promotor local del deporte que utilizaba el nombre de la entidad. El tema trae cola porque era muy popular. El beisbol es lider por la cercanía a USA, pero el futbol crece.
El Presidente de RD, dos días después de ir a ver a Trump a Florida, recibe a un Vicepresidente de China. 
A Trump le pedía una rebaja arancelaria para la exportación de acero a Puerto Rico. Poder exportar botas para los militares de USA. Quitar la calificación de país peligroso a la RD para que vuelva el turismo.
Encontramos en el restaurante a la delegación China. Trump puede hacer daño, pero su batalla comercial a la larga está perdida. Los chinos deben estar más preocupados por el grupo de diez indios que iban en nuestro autobús cuando volvimos de Haití.
El taxista nos habla de su hijo, yesero, que se marchó de Haití en los conflictos de febrero y ahora trabaja en la construcción de un hotel.
Últimas horas en Santo Domingo. Último sancocho en un restaurante. Última librería y arenga del librero sobre Juan Bosch en su lucha con Trujillo. Último periódico con noticias sombrías de Haiti en portada. Último museo en un caserón con imágenes de conquistadores y piratas. Última cerveza y merengue en un colmado callejero. Pero no te vas nunca de un sitio que vives como tu casa.


26 de març 2019

Haitī. Un valiente y complejo país.



Si un país merece ser Patrimonio de la Humanidad, es Haití. Allí una revolución de esclavos creó el primer estado moderno de negros y la segunda república de América. Era la colonia más rica que tenía Francia porque producía azúcar, la droga que se pagaba más. En cien años los franceses habían convertido un refugio de sus piratas para asaltar barcos españoles en una próspera colonia. El censo de 1788 decía que había 25.000 blancos europeos, 22.000 mulatos libres y 700.000 esclavos negros. Casi todos habían nacido en África porque la supervivencia en las plantaciones era de pocos años.
Los que no podían más, intentaban huir de los látigos, de los perros y de la muerte, algunos lo conseguían. En París Robespierre abolía la esclavitud y proclamaba a los hombre libres e iguales. Los colonos no lo aceptaron y la rebelión negra se extendió. Un nuevo gobernador trajo las leyes de la Revolución y el esclavo Toussaint Louverture luchó con el ejército francés contra los españoles. El nuevo amo de Francia, Napoleón, restableció la esclavitud y quiso recuperar la riqueza de la colonia. El ejército de los negros se lo impidió. Toussaint engañado con una falsa negociación murió en una cárcel de Francia, pero los suyos siguieron hasta proclamar el primer estado de negros.
Estados Unidos hizo buenos negocios con ellos, pero tardó 70 años en reconocerlos, los que le llevaron a una guerra civil para abolir la esclavitud. Francia exigió una tremenda indemnización para compensar a los colonos del dinero que habían perdido. Su patrimonio era la vida de los negros. Haití pagó y a final del siglo XIX esta deuda era el 80% del presupuesto nacional. Se terminó de pagar en 1947. El primer país pobre ahogado por la deuda. El gobierno progresista de Aristide pidió una compensación por la esclavitud y colonización y sufrió dos golpes de estado bendecidos por USA y Francia.
Los cinco días en Haití son la parte más inquietante del viaje. Protestas contra el actual presidente Jovenel Moïse por la corrupción en los fondos de PetroCaribe, una creación de Hugo Chavez que ha permitido a muchos países caribeños acceder a petróleo y energía en condiciones muy favorables, acabaron con muertos en la calle. El conflicto enfrentó a Presidente y Primer Ministro y aparecieron siete mercenarios armados hasta los dientes. Cinco eran norteamericanos y habían entrado la frontera sin problemas. Algo parecido ocurrió en el segundo golpe contra Aristide, bendecido por la CIA, pero en esta ocasión la historia se repitió como farsa. La embajada USA maniobró para que se les devolviera a Estados Unidos y sigue la confusión de quien pagaba su factura y cuál era su objetivo.
Tanto lío hizo que USA declarara Haití un país de máximo nivel de riesgo, similar a Afganistan o Irak, y colapsara el turismo. Las compañías de seguros no cubren a los que viajan a Haití.
Hemos viajado 5 días por Haití, sólo hemos visto algunos blancos que trabajan en Naciones Unidas o ONGs y algunos religiosos. La sensación de riesgo y el miedo son totalmente exageradas. Se transmite la imagen de que al bajar del avión el blanco será asaltado por una multitud salvaje. Los índices publicados de violencia medidos en muertes por 100.000 habitantes, son en Port au Prince, PaP, la capital, mucho más bajos que en ciudades de USA o del resto de Latinoamérica. La capital con un índice de muertos más alto en este viaje es San Juan, la capital de Puerto Rico.
El viaje empezó en un bus des de Santiago, en la República Dominicana, hasta Cap Haitien. Nos instalamos en la escuela de primaria Les Poupons que alquila algunas habitaciones. Madame Colas se gana bien la vida. Tiene 30 alumnos que pagan unos 20$ por mes. Ahorra en personal porque a menudo tiene voluntarios en la escuela que sin pretenderlo, quitan el trabajo a algún haitiano. La escolarización es en francés pero esto es un reto porque los niños hablan en créole con sus familias. Es el lenguaje que aparecía después de un par de generaciones de mezcla de los diversos lenguajes de los esclavos africanos con el francés de los capataces.
La primera sensación de Haití, es la de un país africano que sufre de la bondad y la maldad de la cercanía de los países blancos ricos y de un exceso de basuras de plástico. Hay un gran desinterés por lo público y justificada desconfianza en el gobierno. En la corta historia de Haití, cada vez que ha habido un gobierno elegido popularmente y ha intentado poner en marcha programas sociales, ha sido derrrocado por las élites y por los USA. Cuando Aristide llegó al gobierno, había en el país 34 escuelas de secundaria. Cuando fue derrocado había creado 104. Uno de sus pecados fue acercarse a Cuba, pero cuando hubo el terremoto de 2010, había en Haití 573 médicos formados en Cuba. Muchos detalles los sabemos por WikiLeaks y lo explica muy bien Wikipedia.
En Cap Haitien visitamos la Citadelle Laferrière y el palacio Sans Souci. 
La Citadelle Laferrière es un nido de águilas. Una fortaleza con capacidad de albergar 15.000 soldados construida por el rey Christophe para protegerse de una esperada invasión francesa. Construido a latigazos, como las plantaciones de azúcar.
El palacio Sans Souci quería rivalizar con Versalles. Allí se suicidó Christophe después de que un ictus le dejara prostrado y al correr la noticia, sus víctimas se rebelaran. L'Hôtellerie du Roi Christophe es un antiguo y delicioso hotel en Cap Haitien en que trabajó de cocinero en su intervalo entre esclavo y emperador.
Es un mundo mágico para nosotros porque casi no hay visitantes. Estamos solos con los muchos haitianos que esperan ganarse la vida con los turistas que algún día vendrán. Royal Caribbean alquila desde hace décadas un pedazo de costa aislada en el que desembarca sus miles de pasajeros. Pero no pueden salir de los protegidos muros que los rodean y aíslan de oscuros peligros.
Haití también es un viaje literario. El gran escritor cubano Alejo Carpentier describe en "El reino de este mundo" esos increíbles hechos con rigor histórico, el estilo que se conoció como realismo mágico.
Les cloches de la Bresiliénne, del escritor haitiano Gary Victor es una novela policíaca Con fondo de conflictos políticos locales y de lucha de credos, se investiga el robo del sonido de unas campanas. Baño de luna, de la haitiana Yanick Lahens, es una saga familiar desde el antepasado esclavo a la actualidad. Una selección de estilos literarios para entrar en la bruma de realidad y magia, de vivos y muertos. La cosmogonía haitiana.
Cap Haitien fue la ciudad más rica del Caribe y paseando se convive con lo que ya no existe. El Marché à Fer, la Place d'Armes, las antigas mansiones de madera con balcones sobre la calle. El mismo estilo de Nueva Orleans, destruido por terremotos, huracanes y una historia dura. En la calle gente estupenda, con pocas cosas de que reírse, escolares uniformados, montones de plástico y charcas de las lluvias que llegan.
Bus a Port-au-Prince por la Route National 1 que une las dos principales ciudades. Las primeras 3 horas la RN1 es una pista de montaña sin asfaltar con poco tráfico. Atravesamos el valle del rio Artibonite y sentimos no poder acercarnos al hospital en que trabajó el doctor Jaume Ollé. Por fin el caos circulatorio de la capital hasta nuestro destino. Haití Communitaire da cobijo a múltiples organizaciones haitianas cuando necesitan un lugar para reunirse en la capital. No les cobran y se financian alquilando habitaciones a viajeros. La industria de las ONG es la mayor de Haiti y coincidimos con un grupo de Gonaïves que quieren poner en marcha una negocio de camisetas. Espero que les vaya bien.
Port-au-Prince está marcada por el terremoto que la destruyó en 2010. Probablemente 200.000 muertos en la mayor catástrofe natural urbana de la historia. En un país con muchas fragilidades y con dependencia de una bondad externa muy perjudicial. En la historia de Haití, cada vez que alguien ha intentado reformas para avanzar, ha pisado intereses de la élite o del vecino del norte. Construir algo nuevo implica cambiar algo antiguo. Con invasiones y boicots no le han dejado. Para compensar los problemas ha llegado ayuda. Al presidente que había ganado las elecciones y quiso reformar, le organizaron un golpe de estado. Ante el desastre, se le permitió volver pero con reformas económicas. Desaparecieron los aranceles a la importación del arroz y se arruinaron los productores locales. Todo el arroz llegó muy subvencionado de Estados Unidos. Se producía en Arkansas, que era el estado de Clinton.
Ahora Trump ha invitado al débil presidente Jovenel a su mansión de Miami. Quiere que siga su linea dura contre Venezuela. Como les vendían petróleo en condiciones favorables, ofrece buen trato con una corporación americana que se lo venderá barato. También quiere que dejen de comprar a China. Todas las motos en Haití son Haojin.
En PaP el transporte popular son los tap-tap. Furgonetas con carrocería pintada al último detalle. El arte y los motivos de la decoración son un signo del mantenimiento del vehículo y sirven para atraer pasajeros. Viajan entre carrefours y salen cuando están llenas. En los carrefours no hay semáforos ni reglas, atravesarlos es una pesadilla y convierte la circulación en un colapso. Si puedes pagar un poco más y crees que el futuro te será benévolo, moto taxi. Tres en la moto, entre vehículos atascados o averiados, en dirección contraria y bordeando cloacas destapadas. Unos campeones.
El terremoto destruyó el centro. La Grand Rue tiene edificios en mal estado y solares derruidos. El comercio se ha trasladado a la mitad de la calle. El Marché à Fer, que fue un destino de turismo de cruceros, ha sido reconstruido pero no tiene clientes. A pocos kilómetros, Cité Soleil, el gigantesco barrio de chabolas fue escenario hace unos años de los enfrentamientos entre los cascos azules de la ONU y grupos violentos. En otra dirección, la zona residencial de PetionVille, donde están la mayoría de hoteles y restaurantes.
La gigantesca plaza Champs de Mars parece mayor por la desaparición del Palacio Nacional en el terremoto. Ahora es el escenario de fiestas y de manifestaciones políticas. En su centro el Panteón Nacional recrea el relato de la primera revolución de esclavos y del complejo desarrollo de ésta república única. No muy lejos, el hotel Oloffson es el símbolo de una época. Activistas evangélicos han reemplazado a escritores y espías. En los años 50 era un lugar imprescindible. El único camarero es de aquella época. Un grupo de jóvenes practican hip hop en el hermoso jardín.
Bus a Santo Domingo. La frontera del sur es ineficiente. Desorden y controles absurdos. Una única valla rota separa los dos países y no sería problema pasar de un país a otro sin pedir permiso. Con un poco de castellano y de francés es suficiente. Este muro virtual separa la mayor desigualdad entre países. La renta per cápita de la República Dominicana es diez veces mayor que la de Haití. Ni USA con México, ni España con Marruecos, tienen tanta diferencia.


21 de març 2019

República Dominicana, patrimonio musical de la humanidad

El domingo por la tarde en dos horas, salen de Barajas cuatro vuelos hacia la República Dominicana. Tres van a Punta Cana y uno a Santo Domingo. Unos van llenos de españoles y el otro de dominicanos. El turismo y las remesas de emigrantes son el sostén de la economía. Se exporta oro, puros y ron y se importan turistas. República Dominicana, RD, es la primera economía del Caribe y el segundo productor de oro del mundo.
Colón llegó a América por la RD y en su segundo viaje ya explotaba la mina de Pueblo Viejo. Pronto se abandonó porque había más plata en México y Bolivia. Desde 2010 se ha vuelto a desmenuzar la montaña para obtener un poco de oro y la economía ha crecido. Las deudas de este proceso se juzgarán en el Tribunal de lo Mercantil del Juicio Final. Las pequeñas islas vecinas forman parte en diversos grados de la constelación de Inglaterra. Antes importaban esclavos y los piratas enterraban los tesoros robados. Ahora los ricos de todo el mundo siguen enterrando allí sus tesoros para no pagar impuestos.

Santo Domingo es música y sol. Y en cada esquina un colmado, donde se venden latas, papel higiénico, bebidas, se oye música, se baila, se rie y se juega dominó. El espacio es escaso y las parejas han de bailar muy agarradas. Nos invitan a sentarnos entre los profesionales del juego y los creadores del ritmo. La bachata, será proclamada por la ONU patrimonio inmaterial de la Humanidad. El merengue y el bolero cuentan historias más complejas. Siempre de amor y sus derivados.

El domingo por la mañana hay poca gente paseando fuera de la Zona Colonial pero en una esquina una mujer ha caído. Un motorista ha intentado robarle el bolso, ha caído al suelo y tiene la cabeza ensangrentada y muchos nervios. Los usuarios del colmado la ayudan. Se trata de una canadiense que trabaja en la embajada en Haití y ha venido a descansar de la tensión en el país vecino. Conxita la calma hablandole en francés y haciendo una exploración neurológica típica del vudú occidental. Una ambulancia se la lleva a un hospital. RD es una potencia en cirugía estética de calidad a buen precio.

El Parque Colón, frente a la Catedral más antigua de América, es el centro de la Zona Colonial y un grupo de jóvenes exhiben su coreografía hip hop. Podrían ser una banda latina para West Side Story pero están practicando para una competición internacional de baile. Entre los paseantes hay más dominicanos residentes en Europa o USA que blancos de países ricos. 

El cercano Panteón de la Patria fue la iglesia de los jesuitas. Era lo último que se construyó durante la colonia y el gobierno lo expropió cuando la expulsión de los jesuítas. Hacían contrabando de tabaco y se metían en política. En el Panteón hay próceres y patriotas y no está el sanguinario dictador Trujillo. Está enterrado en el cementerio de El Pardo, donde algún dia se reunirá con su amigo Franco.

Otro edificio colonial alberga el Memorial de la Resistencia Dominicana. Se han ganado a pulso la estabilidad y progreso de los últimos años. Contra dos invasiones de Estados Unidos y la dictadura de Trujillo. Ordenó matar a miles de haitianos pobres en un conflicto de fronteras. Como los campesinos eran iguales, poder pronunciar "perejil" era la salvación. Si tu lengua era francés o créole no podías. Para borrar las protestas internacionales, pagó una indemnización y aceptó a republicanos españoles y judíos refugiados del fascismo. Lo veía como una manera de blanquear la población dominicana.

Un crimen atroz, el asesinato de las tres hermanas Mirabal, tres iconos de la democracia dominicana, y el saqueo del país por parte de la familia Trujillo, forzaron a la CIA a dejar caer a su hombre. Lo habían utilizado para impedir que se repitiera lo de Cuba pero mantenerlo era peligroso. La Fiesta del Chivo había terminado y un grupo de jóvenes acabaron con él. Costó enviar a España a familiares y torturadores pero en las primeras elecciones ganó un profesor izquierdista, Juan Bosch. Los USA boicotearon la economía, crearon conflictos internos e invadieron el país. Lo que habían hecho a lo largo del siglo por todo Latinoamérica. Apoyaron durante años a Joaquín Balaguer, una herencia de los años de Trujillo. Apellidos catalanes a derecha e izquierda.

Listín Diario informa en su portada de conflictos fronterizos con Haití y de un intento del partido gobernante de modificar la Constitución para que el presidente opte a un tercer mandato. No son conflictos menores y reproducen la historia de RD, pero con intensidad mucho menor. La historia no se borra pero permite ser optimista.
Alquilamos un coche para ir de la costa caribe a la costa atlántica, atravesar la cordillera central hasta Santiago de los Caballeros y viajar en bus a Haití. La primera etapa es Las Terrenas, un enclave de turismo en la península de Samaná. Una relajada colonia muy francesa lejos de los resorts tipo Disney de sol y playa en Bávaro y Punta Cana.

La ruta implica una caótica salida de Santo Domingo un lunes por la mañana, con sus tres millones de habitantes en movimiento. Una ruta hacia el norte en buen estado y un peaje que permite pagar un único carril. RD no es barato, los precios pueden ser un 25% más bajos que en España, con importantes variaciones. La renta por persona es mitad que la española y diez veces la haitiana.
La cultura francesa marca sus límites. Discretamente indican la tienda de productos franceses y la de productos locales. Pero en la calle se mezclan dominicanos de Miami que mezclan castellano con inglés, franceses que hablan español con acento caribeño y haitianos que procuran que no se les oiga hablar créole. La playa son kilómetros de arena fina, palmeras y agua cálida. La mayoría de los turistas están encerrados tras las murallas de los resorts del este de la isla.

Jeanne nunca ha estado en Haití en los 15 años que vive en Las Terrenas. Es sensible y no soportaría ver a niños que le piden dinero y le dicen que lo pasan mal. Escuchó las conversaciones de los "humanitarios" que le llenaron el hostal a mitad de febrero, cuando las embajadas ordenaron a sus nacionales que abandonaran Haití por los conflictos políticos y la violencia en la calle. El desayuno en el hostal es un canto al mestizaje. Somos la única pareja no mixta. Las otras tres mesas son dinámicas familias de europeo y dominicana.

Larga y hermosa ruta de montaña y costa hasta Santiago de los Caballeros. La península de Samaná, con isletas, caídas de agua y ballenas retozando. La costa norte, un paraíso del wind y el kitesurf. República Dominicana tiene las montañas más altas del Caribe y a pesar de una fuerte sequía, hay una vegetación que se recupera de pasados excesos en la tala de árboles. La ruta de montaña es buena pero está en constante mantenimiento por los estragos de las lluvias.
Santiago es la segunda ciudad del país. Devolvemos el coche alquilado y pasamos la noche esperando el bus que mañana sale para Cap Haitien. Las últimas horas de luz son para pasear por el barrio antiguo entre tiendas de ropa y comida barata. La segunda ciudad del país, injustamente no se menciona en la Lonely Planet del Caribe y está fuera de todos los circuitos turísticos. La Plaza Duarte es el centro de todos los pueblos y ciudades del país. En sus márgenes, Catedral, Centro de Recreo, Gobernación y Casa Consistorial, comparten pasadas glorias mientras los locales pasean entre árboles.

Se edita más que se lee y he comprado "El Nacional, la voz de todos". Explica que Trump ha invitado a la lujosa urbanización que comercializa en Miami, a los presidentes de República Dominicana, Haití, Jamaica, Bahamas y Santa Lucia. Les quiere hablar sobre sus planes con Venezuela y con la inaceptable extorsión de China en el Caribe. Lo primero será dificil porque todos forman parte del grupo liderado por México y Uruguay que quiere promover una mediación pacífica. Los países no anglos, como RD y Haití han sido invadidos por USA varias veces con pésimos recuerdos. Lo de China es complejo. Haiti, Santa Lucía y otros países centroamericanos y caribeños reconocen a Taiwan y cobran por ello. 

Mañana cambio de país. Bus de CaribeTours a Haití por la frontera norte, que está tranquila, y primeros días en Cap Haitien, la segunda ciudad, en las habitaciones que alquila la escuela Les Poupons.