22 d’abr. 2020

Sur de India y Sri Lanka. Un mosaico espiritual. Primavera 2013


Dioses y culturas antiguas cosidas con instituciones coloniales
India tiene 1.000 millones de habitantes. Dos tercios viven con menos de 2$ al día. Hay más pobres que en África y más millonarios que en Reino Unido, 18 idiomas oficiales y 14 alfabetos. En la religión mayoritaria, el hinduismo, conviven 17.000 dioses. En el cielo ya no caben más. Algunos de sus santos muertos, Tagore, Gandhi o Vicente Ferrer aceptaban todos los dioses, que es lo mismo que no aceptar ninguno. Sus intelectuales modernos, Amartya Sen, Salman Rushdie o Arundathy Roy, son ateos.
Rameswaran es uno de los principales centros de peregrinación hindúes, está en un extremo del puente de islas que conecta India con Sri Lanka  El demonio Ravana secuestró a Sita, la esposa de Rama, un Dios, y se la llevó a Sri Lanka. Rama, con la ayuda del Dios mono Hanuman y su ejército de simios, consiguió rescatarla. Lo explica el Ramayana, la epopeya del hinduismo. Vishnu y su avatar Rama forman parte de la trinidad hindú. Brahma crea, Vishnu preserva y Shiva destruye.
Para recordarlo, peregrino como millones de hindúes a Rameswaran. Un par de horas en autobús con peregrinos que venían de visitar en Madurai el templo dedicado a Meenakshi, un avatar de otra diosa. Los peregrinos eran del Punjab y como no hablaban tamil, se entendían en inglés con los guardianes del templo y conmigo. Camuflado en el grupo de fieles paso por hindú y entro en la sucesión de “pujas”, ofrendas de comida, abluciones y pinturas. Una tumultuosa y mojada fiesta de colores y sonidos.
Años antes, en Amarnath, una cueva del Himalaya que era otro lugar sagrado en un glaciar de Cachemira a 4.000 metros de altitud y en una fiesta parecida, se veneraba al lingham de Shiva, una estalagmita de hielo de forma fálica. Miles de peregrinos cantaban bajo la mirada del ejército en un territorio de guerra congelada.
Los dioses habían peleado sus razones en el sur de la India, y sus seguidores se encargaban de seguir su ejemplo. Ya en Sri Lanka, en Kandi, lo recordaba un diente de Buda y en Dalhouse una huella del pie de Adan. En la calle Old Moor, en Pettah, el barrio musulmán de Colombo, las mezquitas vivían una relación difícil con el nacionalismo budista. En Allapuzzha, en Kerala, los cristianos siríacos dicen que el dios y el hombre que hay en Cristo son avatares diferentes. Kerala es el estado que tiene los índices de desarrollo humano más altos de la India y se ven imágenes del Che Guevara y Hugo Chavez como dioses modernos. En Velha Goa sólo quedan los inmensos templos de las órdenes católicas, que estaban tan cerca que se quejaban al Vaticano del ruido de las campanas de los vecinos. El hinduismo ve a todas las religiones monoteístas, judíos, cristianos y musulmanes, como una única familia, y la India es también un parque temático de espiritualidades.


Sur de Índia y Sri Lanka. 
Un rompecabezas de lenguas, culturas y dioses


Índia. Primavera de 2013.
El viaje empezó con un vuelo de Zurich a Mumbai. De la ciudad rica y ordenada, a la pobre y caótica. 20 millones de habitantes en un conjunto de islas y territorio ganado al mar. La mayoría, viven en más de cien slums, barrios de chabolas como Dharavi, quizá el mayor del mundo. Cada espacio vacío es ocupado por alguien que busca un lugar donde vivir.
Dharavi es una gigantesca fábrica. El reciclaje es la principal actividad y se pueden ganar 2€ al día. En el curtido de la piel se llega a 3€. Algunas chabolas tienen un pozo artesanal donde se funden latas de aluminio para recoger en su fondo lingotes de metal. Tóxico para el visitante y garantía de una vida corta para quien vive en esa antesala del infierno.
Ganesh me explica que guió en Dharavi a un alemán que volvió para regalar 300 máscaras, gafas y guantes de protección. Otro visitante anónimo era el Ministro de Desarrollo y Cooperación de Canadá. Un político honrado que quería ver antes de hablar. En el dormitorio de mi hostel converso con un joven chino que trabaja en un organismo de la ONU en Ginebra. Es matemático, ha estado en Dharavi y sabe el limitado valor de las estadísticas.
India era la joya del Imperio Británico y tras la independencia ha conservado los ferrocarriles y la adicción a los formularios. Indian Railway es la empresa con más empleados del mundo y el sistema nervioso del país. Cada día transporta 20 millones de pasajeros, tiene 1,5 millones de empleados y 6.900 estaciones. Es una red muy anticuada y al 120% de su capacidad, donde cada año hay 4.000 muertos al atravesar las vías o caer del tren.
Hay formularios para todo. En papel y escritos a mano, en un país de 14 alfabetos y con el inglés como lengua común que nadie tiene como nativa. Comprar una tarjeta telefónica y activarla tardaba una semana. En China bastaban minutos. India exporta servicios informáticos pero la infinita disponibilidad de mano de obra a sueldos mínimos excluye las mejoras de productividad.
La estación central de Mumbai es patrimonio de la humanidad. Por la arquitectura del edificio y por la enorme cantidad de gente que circula cada día por ella. Antes de la salida de cada tren, en el andén se exponen las listas de reservas que tienen plaza confirmada. De noche, sin luz hay que buscar si aparece tu nombre y añadirse a la estampida de entrada a los vagones. Policías con bastones abren camino a las mercancías. Policías hombres pegan a hombres y policías mujeres a mujeres. 
Comprar mi billete de viaje nocturno a Aurangabad y las cuevas de Ajanta y Ellora, no ha sido fácil, pero hay un cupo de plazas reservadas a extranjeros. Nueve horas de tren por 4€ en el tercer nivel de un deteriorado vagón de literas.
Ajanta son 30 templos budistas en un acantilado en forma de herradura. En los templos antiguos, a Buda se le intuye por un montículo o una marca de pie. Los templos modernos son un festival de imágenes. Las cuevas de Ellora añaden otras religiones. Conviven templos budistas, hindúes y jaín. El templo dedicado al Kailash, la montaña sagrada del Tibet donde vive el dios Shiva y nacen los grandes ríos, está excavado en la roca, tallado en una pieza y es dos veces mayor que el Partenon. 
Tren nocturno a Hyderabad, quinta ciudad de la India y capital del cine y del software. Una California Low Cost. Inglaterra facilitó que su colonia se dividiera en dos países. Pakistán, musulmán y India, multireligiosa. Era una estrategia alimentada por los nacionalismos religiosos y bien vista por la metrópoli para controlar a los nuevos países. Murieron millones en Punjab y Bengala, las zonas fronterizas, pero Hyderabad era un islote musulmán en territorio hindú. El Nawab intentó juntar su territorio a un Pakistán que estaba a miles de kilómetros. Los nuevos gobernantes no se lo permitieron pero le dejaron seguir como figura decorativa. Su vestuario tenía 80 metros de largo y nunca tuvo que vestir dos veces un traje a cambio de no molestar más.
Los estudios de cine Ramoji son los más grandes del mundo. Moradas de dioses hindúes, pueblos del Oeste y Barrios de Mumbai. Todo tipo de decorados y producción a precio imbatible. Hay cola para filmar y se explica a los visitantes su magia en telugu, hindi e inglés.
Hitex, en el otro extremo de Hyderabad, es el barrio de las empresas indias de servicios informáticos. Infosys, Wipro y Tata. El presidente mundial de Microsoft es de Hyderabad. Un programador en USA gana 400$ al día. En España 40$ y en la India 10$. Con este sueldo en España no se puede pagar un alquiler, pero en la India se accede a la nueva élite.
Laura, mi ahijada, es de California, de Catalunya y de Índia. Un excelente mirador al futuro.
Tren nocturno a Anantapur y la Fundación Vicente Ferrer. Sur de la India en trazos que empiezan y terminan en estaciones de tren.
La globalización obliga a repensar la ayuda internacional. China no la recibe y crece. África es dependiente y su crecimiento es frágil. Está claro el papel de las ONG en las emergencias, pero ¿cómo se puede medir la ayuda al desarrollo?. Vicente Ferrer lo tenía claro, "el sufrimiento no hay que entenderlo, hay que erradicarlo". Un buen resumen para una vida digna. Empezó en la "Quinta del biberón" y una adolescencia anarquista en la guerra civil española. En la Batalla del Ebro oyó que Dios le llamaba y se hizo jesuita. Fue a Mumbai y se involucró en luchas sociales con los más pobres. Fue expulsado y  volvió a la miserable región de Anantapur. Poco a poco, construyó algo grande. Una extensa red de servicios sociales. Se casó, tuvo tres hijos y se le recuerda como un dios local porque seguramente lo es.
Convivo unos días con voluntarios de varios proyectos y me explican que la fiundación Vicente Ferrer es la segunda ONG de la India, a pesar de trabajar en un territorio reducido. Me intereso en los proyectos de educación de sordos, donde tienen 4 escuelas de primaria y una de secundaria para 550 niños. En colaboración con una profesora sorda de Madrid, han editado un diccionario de la lengua de signos de la región. Los profesores se están formando en colaboración con sordos locales y esperan tener pronto una maestra sorda. Es un privilegio compartir tiempo con ellos y con los alumnos.
Madurai es la capital espiritual de Tamil Nadu. Un estado con 63 millones de habitantes y un carácter especial. El tamil es idioma oficial en Singapur y la cultura hindú de Angkor y Bali es de origen tamil. Tamiles eran las guerrillas del norte de Sri Lanka que fueron derrotadas en la  guerra civil con la mayoría cingalesa. En Tamil Nadu asesinaron a Rajiv Gandhi, primer ministro de India e hijo de la anterior primera ministra, Indira Gandhi, a su vez asesinada por un guardaespaldas sikh por haber atacado el Templo Dorado del Punjab. Violencia de un país antiguo, diverso y unido por la herencia del colonizador. El idioma inglés, la democracia, los formularios y el ferrocarril.


Puja de flores, frutos y agua a Rama y Sita en Rameswaram.

Sri Lanka.
La guerra en Sri Lanka ha terminado pero no puedo ir en barco desde Tamil Nadu. El único acceso es volar a Colombo, la capital. Ocho controles en el aeropuerto. Dos personas por control, un funcionario y un militar que miran cada uno los documentos y los sellan. Falta papel para tanto sello y la desconfianza entre instituciones duplica la burocracia.
Los cingaleses son budistas y tienen una lengua indoeuropea, parecida a las del norte de India. Buda predicó en la India la reforma del hinduismo y la injusticia de las castas. El budismo se extendió por todo el subcontinente y acabó desapareciendo, pero en Sri Lanka se ha mantenido con un gran carácter nacionalista. La mayoría budista sólo coincide con la minoría hindú tamil en su desprecio por la segunda minoría, los musulmanes.
Me instalo en una pensión comunitaria de la calle Old Moor, en Pettah, el barrio musulmán y pobre de Colombo. Allí tiene su negocio de comercio de especias la familia Ibrahim, una de las más ricas de la isla. Los dos hijos, de 35 y 31 años, fueron dos de los terroristas que en 2019 atentaron en tres hoteles y tres iglesias causando más de 200 muertos. La esposa del menor se hizo explotar cuando iba a ser detenida matando a sus tres hijos y a los policías.
En mi pensión de Old Moor, los viajeros no son turistas. Son marineros, comerciantes o emigrantes de países musulmanes como Bangla Desh o del sur de Filipinas y algunos han llegado por mar a Barcelona. Cada rincón de los destartalados edificios es un taller textil o un almacén de especias. En Sri Lanka los dioses han puesto semillas de odio aprovechando resentimientos antiguos.
Sri Lanka tiene 22 millones de habitantes y recibe cuatro millones de turistas. India tiene 1.000 millones y recibe seis. Si descontamos el turismo médico y los visitantes al Taj Mahal, no queda casi nadie. El fin de la guerra civil en cambio,  ha relanzado el turismo en Sri Lanka.
En un tren colonial voy a las montañas del centro de la isla. Campos de arroz, bosques y plantaciones de té. Los ingleses lo trajeron desde el norte de India y empezaron a cultivarlo. Un escocés que se llamaba Lipton, convirtió la tienda de su familia en una cadena de negocios por todo Inglaterra. Para rebajar costes, compró tierras en Sri Lanka y empezó a producir el té que vendía. Ganó mucho dinero y lo gastó creando una competición de fútbol por países, la Thomas Lipton Trophy, que con el tiempo se convirtió en la Copa del Mundo de Fútbol.
En Kandi, en el centro de la isla, se conserva un milagroso diente de Buda. Los portugueses, en el año 1.600 lo robaron para acabar con las supersticiones de los otros, lo llevaron a Goa y lo destruyeron. Los fieles budistas aseguran que era una copia. Siglos después, los terroristas tamiles hicieron explotar en Kandi un camión bomba que mató a 16 personas y preservó a la reliquia.
Desde Dalhouse empiezo la ascensión al Adam's Peak a las 3 de la madrugada. Un kilómetro de desnivel y miles de escalones después, llego a la cima en medio de la niebla y el frío. Adan, Buda o Jesucristo ya habían llegado antes como atestigua una marca en la piedra. Ese domingo, la mayoría de los 22 millones de habitantes y los 40 turistas que estamos en la isla, parece que hemos coincidido en la peregrinación.
Galle, en el sur de la isla, es un sitio especial. Portugal, Holanda e Inglaterra se lo fueron arrebatando como eslabón de sus imperios comerciales. Ahora China ha construido un enorme y moderno puerto en Colombo y Galle se ha convertido en una pieza de museo.
Con tantos barcos, hay tesoros submarinos y muchos aventureros que los han buscado. El más interesante fue Arthur Clarke, inglés, submarinista y escritor de ciencia ficción. Buceaba en el pasado para imaginar el futuro. Rescató un "lingham" divino que frailes fanáticos habían tirado al mar para acabar con el paganismo. En Galle escribió su obra "2001, Odisea del espacio" en que el robot HAL se rebela contra los humanos que lo han construido durante un viaje a las lunas de Júpiter.


Descenso del Adam's Peak de venerar el pie del santo.

India. Kerala, Ooty y Goa.
Kerala, el sudoeste de la India, es otra cosa. El año 1957 el Partido Comunista ganó las elecciones. Era el primer país en que esto pasaba. Se podría pensar que su base electoral eran el 30% de musulmanes y 20% de cristianos siríacos porque son religiones sin castas. Pero el líder del partido era un brahmán de la casta más alta y sus votantes hindúes. Che Guevara y Hugo Chávez son dioses locales en las calles de Thirunantapuram, su capital. El nombre de su idioma, el malayalam, se lee igual en las dos direcciones y en sucesivas elecciones el gobierno comunista se alternó con el laico Partido del Congreso y ahora Kerala tiene los índices de desarrollo y bienestar más altos de la India. Ha ayudado su tradición matrilineal, en que la mujer controla los bienes de la familia.
Lo explica el libro "El Dios de las pequeñas cosas" y se entiende mejor desde Alappuzha, en el corazón de los Backwaters. Son una inmensa extensión pantanosa que se puede vivir desde barcazas reconvertidas en hoteles flotantes, o remando en piraguas. Con Santosh remamos hasta su casa, una cabaña en un islote. Una suerte conocer a su familia y comer con ellos después de un día entero remando en un laberinto de canales e islas.


Dioses de la Kerala comunista y desarrollada.


Los montes Nilgiri forman parte de la cadena montañosa que divide de norte a sur la península india. Los ingleses construían estaciones de montaña para huir del calor de las tierras bajas y cultivar té y Ooty, a 2.200 metros de altitud era la estación más importante del sur de la India. Me alojo en una pensión propiedad de un seguidor de la fe Bahai, la única religión que me faltaba en el mosaico espiritual de este país. Me explica que consideran todos los dioses como aceptables y cada uno como evolución de los anteriores. Su tema es la paz universal y han hablado bien de ellos Tolstoi y Gandhi. Buena gente.
Caminada por la montaña con un guía local y una pareja australiana jubilada. Él era norteamericano y se marchó para no ir a la guerra de Vietnam. También viene con nosotros una joven escocesa analista de riesgos en Goldman Sachs que no pudo anticipar la avería del autobús en el regreso.
Campos de té hasta un poblado antiguo con comida excelente por menos de 1$. El hijo de la cocinera ha estudiado microbiología en Bangalore y empieza a buscar trabajo. Lo encontrará en alguna empresa farmacéutica. India ha ganado un pleito internacional a Novartis para seguir fabricando genéricos. La han apoyado las ONG que los compran para campañas de vacunación. India es muy antigua y muy moderna.
El monzón se adelanta y la lluvia nos cae encima. No hay transporte y alquilamos una camioneta para volver. Ofrecemos plaza a los cuatro  que esperan pero aparecen 22 más. La ruta atraviesa una zona con panteras y tigres. Al llegar la abuela australiana está furiosa porque se ha sentado en la cabina y el conductor en lugar de tocar la bocina le tocaba la pierna.
Mysore tenía un marajá muy poderoso. Lo derrotó la Compañía Británica de las Indias Orientales en quien Inglaterra externalizaba el trabajo sucio del Imperio. El marajá siguió con sus lujos y en Mysore es legal el cultivo y consumo de  marihuana. El clima es propicio y lo utilizan algunas tradiciones del ayurveda, filosofía y práctica de la salud tradicional.
Los musulmanes reclaman ser considerados una minoría con acceso a leyes de discriminación positiva, con ello tendrían el 30% de los empleos públicos. Pronto todos los indios pertenecerán a un grupo con derechos especiales aunque estas leyes querían favorecen a los intocables. Dar la mano a un extranjero es signo de romper una discriminación y ya he dado la mano a la mitad de los 1.000 millones de indios.


Especias, colores y olores entre Mysore y Goa.


Goa era el final de la ruta hippy. Mucho antes que ellos habían llegado los portugueses y los religiosos católicos. En 1510 los portugueses construyeron un fuerte en el río para proteger su comercio y a final del siglo XVI Velha Goa era mayor que Lisboa o Londres. Después llegaron todas las órdenes religiosas y con tanta riqueza, cada iglesia era mayor que la anterior. Algún virrey se quejó que la mitad de la población era eclesiástica y no podía organizar administración ni defensa, pero la Inquisición lo hizo sustituir.
La iglesia mayor era Bom Jesus. Un enorme San Ignacio protege a un minúsculo Jesus. En una urna cercana hay restos milagrosamente conservados del desmembramiento de San Francisco Javier. Faltan los brazos que están en Roma y Japón, los órganos internos, que están en iglesias de Asia y una uña en el pueblo vecino. Tantos enterramientos causaban constantes epidemias de cólera y hubo que trasladar la capital a otro lugar. 
Los hippies se instalaron en playas más al norte y alguno sigue vendiendo artesanías a turistas rusos y a familias indias que curiosean la leyenda de los depravados occidentales. India ocupó Goa en el año 1961 y Portugal reconoció la nacionalidad portuguesa a los residentes anteriores, sus hijos y sus nietos. Me lo cuenta en portugués Joao Fernandes y me explica que las "comisiones" que paga un policía par acceder a una plaza en Goa son altas, porque el consumo de drogas y los pagos del turismo lo hacen rentable. A Joao le compensan los pagos porque los impuestos son más bajos.
Vuelta a Mumbai en bus con litera doble. Las literas se diseñaron cuando los hindúes era bajos y delgados. Ahora son bajos y gordos. Con mi compañero de litera parecemos El Gordo y El Flaco. Encajamos al revés con los pies en las narices. El exceso de azúcar ha causado una epidemia de obesidad y diabetes y al pedir la comida sustituyo "No spicy" por "No sugar".
Últimas horas en Mumbai para ir en ferry a la isla Elefanta. El motor del bote se estropea y un mecánico de 22 años lo arregla. Nos hacemos amigos. Me pregunta sobre mi familia. "Love or agreement marriage?". Le respondo que por amor y le pregunto por sus intenciones. Si le dice a su padre que se casa por amor le mata. De momento quiere ir a Singapur a trabajar como mecánico.
La violencia rural en India tiene que ver con el matrimonio. Si una chica hindú quiere casarse con un musulmán o un chico de una casta inferior, su familia reacciona diciendo que es por la dote.
Vuelta a Barcelona. Otras vidas, otros conflictos, otros dioses.


Detalles del viaje
Viaje en solitario. Del 23 abril al 27 mayo 2013. Vuelo a Mumbai vía Zurich. Tren nocturno a Aurangabad. Bus a Ajanta y Ellora. Tren nocturno a Hyderabad. Tren nocturno a Anantapur. Tres días en Fundación Vicente Ferrer. Bus a Bangalore. Bus a Madurai. Bus con peregrinos a Rameswaram. Vuelo a Colombo. Tren a Kandi. Vehículo privado a Dalhouse, Uda Walawe y Galle. Tren a Colombo. Vuelo a Thirunantapuram. Bus a Alappuzha. Bus a Kochi. Bus a Coimbatore y Ooty. Bus a Mysore. Bus nocturno a Goa. Alquiler moto en Calangute, Goa. Bus nocturno a Mumbai. Ferry a Elefanta. Vuelo a Zurich y Barcelona.

Temperaturas oscilando de 42º en la costa a fresco en Ooty. Ranking de comodidad en el transporte nocturno de mayor a menor. Litera de tren, litera de autobús, avión y bus sin litera. Hay que acostumbrarse al acento de un país en que el inglés es oficial pero no nativo. Excelente comida, hay que controlar  picante y  azúcar. Alcohol según estado, en algunos prohibido, en otros disponible en sitios autorizados. Los musulmanes lo rechazan completamente y los hindúes bastante, disponible en Sri Lanka. Poco turismo internacional en India del Sur, bastante en Sri Lanka. Se come bien en la calle por 50 céntimos y también por 5€ en un buen restaurante. Dormir es más caro. No hay Hostels y en un hotel barato se paga habitación doble. Entre 7 y 15€, con ventilador. Sri Lanka es más caro. El principal peligro son los accidentes de tráfico.

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