30 d’abr. 2020

Transiberiano. Un tren que atraviesa medio planeta por imperios, ríos y revoluciones. Primavera del 2014


La monotonía del tren más largo del mundo.
De Vladivostok a Moscú hay 9.288 km y 7 husos horarios. A 75 km/h serían 6 días con sus noches, pero en esta cuarta parte del planeta hay bastantes cosas que ver con detalle durante los treinta días que un visado permite estar en Rusia. Los bosques de Dersu Uzala, islas sagradas de los shamanes, el río que bautizó a Lenin, el último aliento de los Romanov, ruinas de lanzamiento de misiles intercontinentales, el alma rusa llorando con la música en una tormenta o el confinamiento del honesto Sajarov.
Junto al tren, alguna ciudad que es el centro de Asia y que tiene al sur varios miles de millones de personas y al norte, hasta el Polo, ya no vive nadie.
Tras la ventana del vagón, la vida y los días parecen monótonos. Taiga, bosque, campesinas en sus "isbas" cuidando hortalizas y algunos niños que miran. El mundo del tren es ordenado. "Kupe" es la segunda clase con compartimentos de cuatro personas. "Plankart" es la tercera clase con literas sin puertas, más pasajeros por vagón y muchos ronquidos. Dos lavabos, dos enchufes y un samovar por vagón. Manda la "provotnitsa", una dómina que otorga a cada pasajero un colchón arrollado, sábana, toalla y sólo sonríe cuando consigue que le compres algo.
Un horario indica el tiempo de parada en cada estación de la ruta. A veces 2 minutos, a veces 40. El tren y las estaciones van al horario de Moscú. Normalmente hay dos relojes, uno dice que es la mañana y otro que es la tarde, porque uno es el tiempo del lugar y otro el de Moscú.
El pasaje es memorable y se comparte todo menos el idioma. El compartimento con el pequeño Tamerlán con sus juguetes, su orinal, su madre y su abuela. Los tímidos trabajadores norcoreanos con la insignia del amado líder en la solapa. Los juerguistas reclutas del fiero Ejército Rojo camino del cuartel. Las jóvenes ingenieras de Moscú con sus recuerdos de Erasmus en Europa, en ruta a la mina de oro del norte profundo.


Soldados rusos, trabajadores norcoreanos y viajeros nostálgicos

Korea del Sur. Primavera de 2014.

El viaje había comenzado en la península de Korea, aterrizando en Seúl dos semanas antes del visado ruso. Un área metropolitana de 24 millones de personas a 60 kilómetros de una frontera de guerra no cerrada. Una de las ciudades más igualitarias, seguras y limpias del mundo. Años después sería un referente de cultura irreverente con el grupo musical BTS y el primer Oscar absoluto para el humor y la lucha de clases posmoderna de "Parásitos". El diario The Guardian decía que Seúl era la quinta ciudad más atractiva para el turismo y Barcelona la sexta.
Como no hay espacio para tanta gente, me alojo en un hostel con literas para 50 y un único lavabo. Los de la cercana estación de metro están más disponibles y limpios a prueba de pandemia incluso en la noche del fin de semana. También hay máscaras antigás para posibles ataques del enemigo del norte. Seúl es una ciudad joven y moderna que fue arrasada y cambió tres veces de bando en la reciente guerra civil. Quedaron pocos restos antiguos, como el barrio de Bukchon Hanok, el palacio de Changdeokgung y la montaña Namsan.
Seúl organizó los Juegos Olímpicos anteriores a Barcelona y tiene cultura deportiva. Namsan está lleno de corredores emulando a sus héroes. En el Berlín del 1936 un coreano ganó la maratón corriendo bajo bandera japonesa porque Korea estaba ocupada. En Barcelona'92 otro coreano superó en la subida al Estadio Olímpico de Montjuic a sus dos rivales japoneses.
Descarto visitar Korea del Norte por falta de tiempo. Hay que hacerlo desde China con una agencia autorizada. China es amigo de las dos Coreas desde que la dinastía Tang en el siglo VIII fracasó en su intento de invadir la península y después ambos sufrieron invasiones mongolas y japonesas. Visitar la Zona Desmilitarizada, DMZ, es fácil. Es un parque temático de la Guerra Fría que incluye túneles de invasión, música estridente, decorados ficticios y una estación de tren que algún día conectará Seúl con Moscú via Pyongyang y Vladivostok.
La DMZ es una franja de 2 kilómetros de ancho que divide la península. En la Guerra de Corea, China y Estados Unidos, decidieron no empezar una guerra atómica e impusieron un armisticio a los hermanos del Norte y del Sur. Ahora el Sur es 20 veces más rico que el Norte mientras que cuando Alemania se unificó, el Oeste era 3 veces más rico que el Este. En el Norte manda la tercera generación de la dinastía Kim y en el Sur la presidenta elegida era hija de un antiguo dictador. Ha pedido perdón por los crímenes de su padre rompiendo los tabúes orientales de respeto a los ancestros pero perderá las elecciones frente a un represaliado.
Korea del Sur tiene una eficiente red de trenes y autobuses y siguiendo las montañas fronterizas con el Norte se llega a Seoraksan, unas montañas parecidas a Montserrat, pero su piedra es granito en lugar de conglomerado y se venera a Buda y no a una Virgen negra. Más al sur, en las colinas cercanas a la antigua capital de Gyeongju, hay antenas de comunicación camufladas como árboles con hojas falsas y buzones gratuitos para el correo.
Haengul, el alfabeto coreano, es el más lógico del mundo. Lo impuso un emperador del siglo XV para reemplazar los caracteres chinos y no caer en los occidentales. Ahora hay obsesión en hablar inglés y me invitan a participar en grupos de conversación para practicar.
Busan, la segunda ciudad del país, tiene 3,6 millones de personas, 6 veces más que Vladivostok, mi siguiente destino en el Oriente ruso. En pocos kilómetros de costa, Busan alterna acantilados, bosques, vistas idílicas, centrales nucleares, puertos y la mayor fábrica de coches del mundo. A finales de los años 50, durante la guerra, en Busan quedaron acorralados los occidentales y era lo más parecido al infierno. Ahora tiene el único cementerio del mundo gestionado por las Naciones Unidas.
Un tren bala permite volver a Seúl y veo que hay pocos de ferries a Vladivostok. Los ejercicios militares de Corea del Norte en el Mar del Este lo desaconsejan y tendré que llegar en avión a mi destino ferroviario.
Mi compañero en el avión es un médico coreano con buen español y acento peruano. Lo adquirió en una cooperación del gobierno con Perú. El hospital donde trabaja ahora se encarga de la salud de un pedazo de Siberia. Viaja para pasar visita y enviar al hospital en Seúl a  los que necesitan tratamiento. La Siberia rural tiene poca gente, minas y dinero y en Seúl la publicidad del turismo sanitario se escribe en ruso, inglés y chino.
Korea del Sur. Cultura junto a fronteras y muros.

Siberia.
Vladivostok en un domingo de mayo, luce el sol, hay bañistas en la playa, los marinos de la flota del Pacífico se pasean y los pocos turistas chinos siguen a sus guías. La historia de la ciudad era diferente, una ciudad manchú cuando la dinastía Qin llevó a la China a su máxima expansión, poco antes de ser derrotada por los occidentales en las Guerras del Opio. La libertad de comercio exigía el derecho de Inglaterra a vender opio en China. Si el gobierno chino no quería, se le obligaba a cañonazos y se ocupaban puertos de la costa para compensar los gastos. Inglaterra se quedó Hong Kong y después Rusia se quedó Vladivostok. Japón aprendió las reglas de la civilización y quiso ser potencia colonial. Derrotó a Rusia y les quitó Vlad. Después de la Primera Guerra Mundial y la Revolución, occidente ayudó a los rusos blancos desde el puerto de Vladivostok y cuando los rojos ganaron la guerra civil, fue la última ciudad que conquistaron. En la época soviética estuvo cerrada a los extranjeros porque era la sede de la Flota del Pacífico y en los años de Yeltsin, fue una ciudad violenta regida por varias mafias hasta que la época actual ha permitido un modesto renacimiento. Compro fruta en la calle a una campesina kirguisa y arroz y carne a tenderos uzbekos, comparto habitación con coreanos y rusos y los coches son japoneses de segunda mano con volante a la derecha.
La ciudad espejo de Vladivostok es San Francisco. En la increíble expansión rusa por Siberia y el Ártico persiguiendo pieles de animales, Rusia llegó a San Francisco, frente a la corona española que estaba en México. Los imperios ruso y español tenían pocos siglos pero ya eran caducos y no esperaban que los desiertos californianos se los quedarían los colonos ingleses que venían en carromatos del Este.
El bus hasta la Universidad del Extremo Oriente ofrece buenas vistas al Pacífico y Sasha, un profesor de Sicología,  consigue que me dejen entrar. Hablamos de la ciencia rusa antigua y actual, de su afición a la arqueología en poblados de la taiga y de antiguos fuertes cosacos. Es más fácil viajar al norte en invierno porque te mueves mejor en hielo que en barro. Me explica los dramas de los años 90, cuando barcos e industrias se liquidaron por chatarra y se hundió un mundo con su gente. Una espléndida ruta con vistas, funiculares y acantilados que dibuja un futuro a esta ciudad.
Vladimir Arseniev también era de Vladivostok. Explorador, naturalista, militar y geógrafo. Exploró el Oriente ruso de la mano de su guía Dersu Uzala. Especialmente el Sijote-Alin, una cadena montañosa que separa la taiga del océano donde vive el tigre siberiano. Arseniev era uno de los grandes, quería saber que hay más lejos y explicarlo. Su libro es maravilloso y el director japonés Akira Kurosawa lo convirtió en película oscarizada. En su casa museo hace días que no hay visitantes y las señoras que la guardan se sorprenden. Los visitantes americanos sólo visitan la casa del actor Yul Brynner, que también nació allí.
En la estación hay una locomotora de la colaboración de rusos y americanos para ganar la Guerra Mundial. Empiezo una ruta infinita en el indicador de 9.288 km. Comprar los billetes en las estaciones tiene un 20% de rebaja que compensa por el esfuerzo de pedirlo en ruso.
Primera etapa, Vladivostok-Khabarovsk. 15 horas de noche hacia el norte junto al río Ussuri, en platskart, litera de 3ª clase, por 30€.
Khabarovsk presume de ser la ciudad grande más fría del mundo. Normalmente las calles están congeladas y en los meses cálidos no se arreglan los destrozos del hielo. He alquilado una cama en una habitación compartida con dos jóvenes rusos, en la casa de una madre y sus hijos pequeños en un barrio de grandes bloques semi vacíos.
La Plaza Lenin, el centro de todas las ciudades siberianas, es demasiado grande para tan poca gente y para inviernos tan fríos. El río Amur es el noveno más largo del mundo y frontera con China. Permite un paseo agradable es su confluencia con el Ussuri, otro río gigantesco con cargueros que se dirigen al Pacífico. Antes de la navegación, el río helado era la autopista de los trineos cargados con pieles.
En Siberia y Rusia, el frío es tan grande que los tejidos no bastan. Los cazadores y los cosacos persiguieron las pieles hasta Alaska como ahora se persiguen los minerales del Gran Norte. El museo local informa que los Soviets han derrocado al Zar, junto a mamuts, martas cibelinas, cosacos, revoluciones y shamanes.
Segunda etapa, Khabarovsk-Ulan Ude. 55 horas con dos noches siguiendo el río Amur hacia el oeste.
Svetlana e Igor son ingeniera y matemático y evalúan proyectos de una empresa minera. El principal accionista, un oligarca, tiene clubs de fútbol en Europa y de hockey en Rusia. Cada uno evalúa tres minas y la empresa busca oro en Siberia, Guinea y Burkina Faso. Una tonelada de mineral da  para0,1 gramos de oro y eso se define como una mina rica. Esta madrugada, Svetlana e Igor, han volado desde Moscú, viajan unas horas en tren y en otra estación les espera un todoterreno para llevarles a la mina. Allí se vive bien, hay cine, gimnasio y buena comida. El viernes vuelven a Moscú a pasar el fin de semana con sus amigos. Ganan 1.500 $ al mes, un buen sueldo. Svetlana hizo su Erasmus en Suecia y participaba en competiciones europeas de tango. Era buena bailarina. Están contentos del acuerdo con China que permitirá vender gas natural durante 20 años. Excelente inglés, nacionalistas y optimistas. En vacaciones, Igor va con los amigos al Sudeste de Asia y surfea. Svetlana y sus amigas se van a las playas de Montenegro o España.
Bajan en Mogocha y nos despedimos. En invierno la temperatura llega a 62º bajo cero. Allí se vive del ferrocarril y la mina de oro. Espero paseando por la estación en mangas de camisa comprando huevos duros y dumplings a unas campesinas. Al otro lado del río, la población china es diez veces mayor en un territorio más pequeño. Por ahora China sólo compra recursos minerales mientras mira hacia la vacía tierra siberiana y sus recursos infinitos.
En Chita la vía se bifurca a Mongolia y Beijing. Aparecen algunos viajeros internacionales porque los jóvenes miran al futuro y siguen la ruta de China. La ruta original a Vladivostok, es la de los antiguos como yo. Sigo viaje hasta Ulan Ude, capital de la república buriata. Son mongoles y budistas y de aquí salieron los hunos, que con Atila aterrorizaron Europa y crearon Hungría. El sincretismo religioso se expresa en una cabeza de Lenin que es la mayor del mundo, un culto ancestral a la naturaleza, algunas comunidades ortodoxas que huyendo de reformas antiguas aún no se habían enterado de la Revolución, y cultos budistas de cuando los mongoles dominaban China.
La próxima etapa es el lago Baikal e Irkutsk, la mitad de la ruta. Es el lago más antiguo del mundo y tiene la cuarta parte de las reservas de agua dulce del planeta. Mide 636 km de norte a sur, 60 de este a oeste y 1.600 metros de profundidad. Forma parte de una falla que separa Siberia Oriental y Occidental, y se abre a una velocidad de 2 cm por año. Cuando no había hielo, se transportaba a los pasajeros del ferrocarril en barco. En invierno se construía una vía provisional sobre el hielo, pero después de un desastroso hundimiento se construyeron túneles y puentes que son la parte más espectacular de la ruta.
A Irkutsk se la llamaba el París de Siberia. Después de la derrota de Napoleón, algunos aristócratas rusos sugirieron una modernización del imperio y el Zar respondió a su manera. Fusiló a la mitad y al resto los deportó a Irkutsk. Después les siguieron esposas, amantes, madres y hermanas que aportaron sofisticación y Siberia ya no fue la misma.
Conxita llegará en avión a Irkutsk y seguiremos juntos viaje a Moscú. Las esposas de los conspiradores tardaron varias semanas en hacer el viaje en trineo.
Otro viaje épico a Irkutsk fue el de Miguel Strogoff, correo del zar y personaje de Julio Verne. Uno de mis guías en esta ruta, junto con Dersu Uzala y Corto Maltés. Otro guía ha sido Kapuscinski, que en "Imperio" tiene uno de sus libros más amargos a través de la decadencia soviética.
En bus y ferry voy a la isla de Olkhon. La joya del lago Baikal, lugar sagrado de los shamanes y destino del turismo ruso. Olga ha arreglado su "isba" y en estas semanas de buen tiempo tiene huéspedes de todo el mundo. Cocina de maravilla  y en esta tierra dura lo aprovecha todo. Alquilar una bicicleta de montaña me permite moverme entre tundra, taiga, flores de primavera y estepa boscosa hasta los acantilados del lago. El cementerio de la isla muestra que la transición al mercado mató a muchos rusos antes de hora. Hace años morían con más de 70 años. En las últimas décadas, con menos de 60. En esos años la población rusa disminuía 2 millones de personas cada año, una catástrofe. China ha tomado nota para gestionar de otra forma su modernización.
Tomamos un bus al Baikal, hasta el puerto pescador de Listvyanka. Descartamos el buceo en el lago porque la visibilidad es grande pero también el frío. Volvemos en bote a Irkutsk por el río Angara que desemboca en el Yenisei y sumando la longitud del lago y su afluente el Selena, forma el río más largo del mundo. Pero las fuentes del Nilo las descubrió un inglés y por eso decimos que es el más largo. Detrás de una colina del Baikal nace el río Lena. El Zar desterró a Siberia a un joven idealista al que la justicia había ejecutado al hermano. Eso le convirtió en un revolucionario y del río Lena cogió Lenin su nuevo nombre.
Icono de turismo siberiano junto al río Lena.

La gran iglesia ortodoxa tiene pintado el fusilamiento por el ejército rojo de los Romanov, la familia del último zar. La iglesia está en el cruce de las calles Lenin y Dzerzhinsky, fundador del KGB y la estatua del almirante Kolchak, el último general blanco fusilado en Irkutsk domina el río. El nuevo nacionalismo ruso bebe de todos sus pasados.
Nueva etapa y nueva noche en tren hasta Krasnoyarsk. Kupe, la litera de 2ª clase, es más espaciosa, pero como los niños no pagan si comparten litera con los adultos, es la preferida de las familias y la más bulliciosa.
La nueva Rusia venera a los Romanov y a los revolucionarios.

Krasnoyarsk es el centro de Asia y la segunda ciudad de Siberia. Se diseñó en época de crecimiento con inmensos bloques para alojar a familias que antes malvivían en una habitación. Cuando la población disminuyó todo empezó a vaciarse. En una tienda nos dan la llave de un piso en la planta 12 de un bloque en la Ulika Dictaturi Proletariata. Parece que el tiempo y el frío han congelado la ciudad.
Del embarcadero en el río Yenisei sale un barco a la semana hacia el Círculo Polar. El viaje dura cinco días y los pasajeros extranjeros, si los hay, no pueden hacer el último tramo porque es zona militar. Los aviones tiran cargas explosivas para romper el hielo del río y adelantar la navegación un par de semanas.
Al otro lado del río, los caminos del Parque Nacional Stolby llevarían hasta las montañas Altai y al Belusha, la montaña más alta de Siberia y cuádruple frontera con Mongolia, China y Kazakhstan.
Siguiente etapa hasta Tobolsk con otro gran río, el Irtysh y otro gran Kremlin, una fortaleza militar y religiosa que en primavera es decorado de bodas. Los Romanov estuvieron detenidos allí y en el Museo, los Héroes de la Unión Soviética no pagan entrada y las víctimas de Chernobyl sólo pagan la mitad.
Dictadura del Proletariado 25, la dirección en Kasnoyarsk

Un ilustre de Tobolsk era Dimitri Mendeleyev. Su madre era maestra, pobre y fértil. Tuvo 17 hijos y 8 murieron pequeños. Dimitri era listo, por eso lo enviaron a estudiar a la capital y elaboró una de las creaciones más elegantes de la ciencia moderna, la Tabla Periódica de Elementos. La Plaza Central de Tobolsk está decorada con todos sus símbolos.
La siguiente etapa nos lleva a Ekaterinburg, una ciudad moderna en el lado asiático de los Urales. Allí fueron ejecutados el zar, la zarina y sus cinco hijos. Años más tarde Boris Yeltsin, el gobernador regional, ordenó demoler el edificio. Ahora los restos de la familia real son venerados por la iglesia ortodoxa en varios sitios. En San Petersburgo, en el bosque donde fueron enterrados con una capilla para cada ejecutado, y en el solar de la casa demolida donde se ha construido una gigantesca "Iglesia sobre la Sangre".
El gobernador Yeltsin hizo carrera como protegido de Gorbachov y cuando éste sufrió un golpe de estado estando fuera de Moscú, aprovechó su momento. Lideró la resistencia y encabezó el nuevo gobierno. Cuando Gorbachov regresó, ya le había disuelto la URSS y le había dejado sin trabajo. Después y ya como Presidente de la Federación Rusa, privatizó una economía basada en recursos minerales e industria pesada que acabó en manos de clanes mafiosos en guerra. El alcohol y la corrupción de su familia hundieron la imagen de Yeltsin del que sólo queda una estatua en todo el país, en Ekaterinburg, su ciudad natal, y protegida por oportunas vallas.
La opinión sobre Gorbachov es más benévola. Se le considera un ingenuo en manos de los países occidentales que sacaron todo el beneficio posible, pero nadie discute su integridad personal aunque hay quien le vea como parte de una conspiración para acabar con la URSS.

Rusia europea.
Perm ya forma parte de la Europa "del Atlántico a los Urales". Es una ciudad moderna que transportar mercancías por río a los mares Negro, Caspio, Báltico y Blanco. Una retaguardia segura donde se trasladaron fábricas cuando Rusia detuvo la invasión nazi en Leningrado, Moscú y Stalingrado. Era una tierra muy antigua, un geólogo le había atribuído 240 millones de años y lo llamó el período Pérmico.
Vladimir debía llevarnos a visitar Perm-36, un antiguo campo de concentración. Pero el ruso es un pueblo orgulloso que reescribe el pasado en función del presente. Dice que el campo está cerrado por un problema eléctrico y nos propone otra cosa. En Bershiet, en los bosques que hay 50 kilómetros al sudeste, está lo que queda de una instalación de lanzamiento de misiles balísticos intercontinentales. Una brigada del Ejército Rojo custodiaba los SS-7, unos gigantes de 33 metros de largo y 3.5 de diámetro, capaces de llevar explosivos nucleares hasta el enemigo.

Silo de misiles intercontinentales de cuando las guerras eran frías

El fin de la Guerra Fría, la miniaturización y los submarinos nucleares como lanzadera, los dejaron obsoletos y la catástrofe económica añadió valor al hierro de su hormigón. La pista es invisible en Google Maps pero antes era una carretera muy sólida que ha sido volada para robar el hierro. Lo mismo ha pasado con las imponentes estructuras de los silos para cohetes. Eran siete pisos subterráneos y ahora son ruinas para espeleología industrial. Nuestro todoterreno ha podido con el barro y la falta de camino pero hace tres horas que no vemos a nadie. Las mafias de la chatarra ya han terminado su trabajo y estamos en mitad de ninguna parte, en un lugar que en la Guerra Fría sólo conocían por referencias algunos servicios de espionaje, pero a Vladimir le preocupa otro peligro.
La garrapata que puede transmitir la fiebre siberiana. Hay que cubrirse la piel y moverse por claros del bosque sin contacto con las hojas desde las que la garrapata espera el calor de un mamífero para saltar y chupar su sangre. La infección que transmite puede ser mortal y por el riesgo de contagio no pude donar sangre al volver. Vladimir también nos habla del hundimiento de su padre al cerrar la fábrica en la crisis postsoviética. Los viejos fueron los que lo pasaron peor por el colapso de las pensiones, el hundimiento de la sanidad y la violencia.
Ahora hay optimismo. Por la noche se celebran las Fiestas Blancas y las familias están en el Parque Central. El alcohol está prohibido y en un gran escenario se prepara la orquesta filarmónica. Las atracciones de feria dejan de hacer ruido y miles de personas se disponen a seguir de pie el concierto. La cultura eslava tiene un vínculo especial con la música. Al anochecer empieza la tormenta. Nadie se mueve y la orquesta continúa. Mucho rato después, el director desolado comunica al público empapado que los instrumentos de cuerda se están mojando y ha de cancelar el concierto. Las gotas de lluvia se han mezclado con las lágrimas.
Perm se asocia al Nobel de literatura Boris Pasternak. El libro de los amores del Doctor Zhivago y Lara, no gustó a la censura por la descripción que hacía de Rusia entre la Revolución y su confirmación como gran potencia. Pasternak no fue a recoger el Premio por miedo a no poder volver. El editor Feltrinelli sacó clandestinamente el manuscrito, obtuvo un gran éxito, militó en un grupo terrorista italiano y murió al explotarle una bomba que él colocaba. La oscarizada película con nevados paisajes siberianos, se rodó en Soria. Ficciones y realidades en un mundo circular.
Última noche en tren y 1000 km más en platskart, la 3ª clase hasta Nizhny Novgorod. Aquí el gran río  es el Volga y el kremlin local está decorado por el Día de la Federación Rusa. Una fiesta con desfile de soldados y uniformes antiguos. Un carnaval militar en que destaca la Gran Guerra Patriótica. Rusia ganó la Segunda Guerra Mundial en Stalingrado porque la ciudad resistió el asedió del ejército alemán y consiguió la rendición de los atacantes. Los suministros para resistir llegaban por el Volga y Nizhny era el cordón umbilical con la victoria.
Sakharov, un buen hombre que creó y denunció bombas. Premios Lenin y Nobel de la Paz

La ciudad se asocia al escritor Gorki, que nació allí y al científico Sajarov, que vivió exilado. Todos los rusos han nacido y vivido exilados por lo menos una vez. Gorky se enfrentó con el zarismo y vivió su exilio en la isla de Capri. A Sajarov no le fue tan bien. Fue Premio Lenin de la URSS por ser el padre de la bomba de hidrógeno soviética. Después de las bombas sobre Japón, creyó que un mundo nuclear era más seguro con dos potencias armadas que con una. Después fue Premio Nobel de la Paz por liderar el movimiento de oposición a las armas nucleares. Tampoco lo fue a recoger y fue confinado a un pequeño apartamento en Nizhny. Un día le instalaron un teléfono y recibió una única llamada de Gorbachov comunicándole que ya era libre. Dos tranvías de suburbio nos llevaron hasta el apartamento y fuimos los únicos visitantes en toda la semana.
Ultimo trayecto hasta Moscú en tren de alta velocidad. Fin de la ruta en la Europa rica. Moscú es la capital de un imperio que vive de sus recursos naturales y que utiliza el ferrocarril para centralizar su poder.
Mucho turismo en Moscú y muchas cosas que ver. En el Nuevo Bolshoi quedan entradas para ver Iolanta, uno ópera de Tchaikovsky. Al visitar la momia de Lenin, entran  dudas sobre santiguarse a la latina, a la ortodoxa o levantar el puño. En el parque Gorky hay un rincón donde languidecen estatuas soviéticas retiradas y reproducciones de Stalin en todos los tamaños. El Kremlin tiene la mitad de los edificios prohibidos al visitante entre aromas de guerras frías.
Hay ocho vuelos diarios de Moscú a Barcelona y el 95% son rusos de vacaciones. Las instrucciones son en inglés y castellano para pasajeros novatos que no las entienden. En el tren nadie viajaba por vacaciones, recorrían un cuarto del planeta y siempre era la hora de Moscú.
Ferrocarril que tejió imperios y revoluciones.

Detalles del viaje
El capítulo incluye dos semanas en primavera de 2014 en Corea del Sur y 30 días de trayecto en ferrocarril, de Vladivostok, en la costa del Pacífico siberiano, hasta Moscú.
El transiberiano es una linea colosal. Para cada tramo hay que comprar un billete e indicar la clase, normalmente 2ª o 3ª. La 1ª clase es exclusiva de trenes turísticos que hacen todo el trayecto en 6 días. Los billetes se pueden comprar en las estaciones y la mayor dificultad es el idioma. Para el total de la ruta he comprado 10 billetes y el coste total ha sido 570€ mezclando 2ª y 3ª.
El tiempo de parada en las estaciones es variable pero permite compras básicas. En el tren hay vagón restaurante con calidad suficiente y poca variedad.
Desde Corea del Sur se puede ir en avión o ferry a Vladivostok. El ferry no es diario y hay que tenerlo en cuenta para aprovechar los días del visado ruso.
En cada ciudad de parada es fácil encontrar alojamiento y en muchas estaciones hay albergue básico en la misma estación. La oferta es más variada a medida que la ruta se acerca a Moscú.
Muy poca gente habla inglés, tanto en el tren como en las ciudades intermedias y son recomendables algunas frases de ruso.

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