3 de maig 2020

Sudeste de Africa. Nuestro pasado, nuestro futuro y un inquietante presente. Otoño de 2014


Malawi y su buena gente.
"El primer día en África quieres escribir un libro, la primera semana un artículo y pasado un año, ya no lo haces". Me lo dice Manuel, que se fue de Salamanca hace 15 años y supervisa proyectos en África. Junto con la sevillana Pilar, de paso y cooperante en algún otro lugar, preparamos la cena. Saben moverse por África y dan consejos útiles. Con cuatro cosas compradas en el poblado y una milagrosa botella de vino, Manuel prepara la cena bajo la linterna que ha guardado el sol del día.
Alinafe Community Hospital está entre la capital, Lilongwe, y el lago Malawi. Atiende a cincuenta poblados. Vacunan, hacen tratamiento ambulatorio de malaria, sida, desnutriciones y partos. Para una cesárea ya hay que ir a Salima, el hospital de distrito a una hora de coche. La ayuda exterior es la primera industria en Malawi, uno de los países más pobres del mundo y una amiga que colabora con África Directo, una ONG que participa en múltiples proyectos, me ha puesto en contacto con Devlin. Es ATS pero dirige el centro porque no hay médicos. Los países occidentales, envejecidos y enfermos se llevan a los médicos africanos y a cambio financian ONGs. Hay más médicos de Malawi en Manchester que en todo Malawi.
En Alinafe no hay electricidad y se necesita para conservar las vacunas. Cerca hay una línea de media tensión sueñan con instalar un transformador y pagarlo a cuartos con las dos torres de telefonía cercanas y la mezquita vecina. En Alinafe de momento se apañan con placas solares, generadores y han excavado un pozo para obtener agua más limpia.
Pienso en ellos con cariño y admiración cuando voy andando al camino por el que pasará alguna furgoneta en dirección al lago y después a Mozambique.

Sudáfrica, Zambia, Malawi, Moçambique, Swaziland, Lesotho

Otoño 2014. Johannesburgo. Sudáfrica.
Era mi quinto viaje al África subsahariana y el primero sólo y con medios locales. Había empezado en Johannesburg y las primeras noches las pasé en un hostel de Soweto. SOuth WEst TOwnship tiene 3 millones de habitantes y en esa noche no dormíamos allí muchos más blancos que los que estábamos en el Lebo's Hostel. Una empalizada rodea las cabañas del hostel y lo separa de descampados y de un tren minero. En la calle hay grupos de jóvenes desocupados pero todos respetan este negocio del barrio. Retratos de Mandela, Che Guevara y Steve Biko. A lo lejos se ve el estadio Soccer City, el templo donde Iniesta marcó el gol que dio a España el Mundial de 2012. También se ven las dos montañas de residuos de las minas de oro, diamantes y carbón que fueron el origen de Jo'burg. Cerca hay la única calle del mundo con casas de dos Nobel de la Paz, Desmond Tutu y Mandela.
Margret vive en el hostel desde hace dos meses y es alemana. Cada día se desplaza en alguno de los minibuses colectivos que conectan Soweto con la ciudad para trabajar en un centro para mujeres abusadas. Nunca ha tenido problemas y cada día recibe tres o cuatro proposiciones de matrimonio.
Una buena manera de conocer Soweto es pedalera unas cuantas horas con un chico del barrio. Los blancos necesitaban mano de obra negra para las minas y los ingleses diseñaron calles para el transporte y canalizaciones para agua potable. Las tuberías llegan a las casas caras y los más pobres van a la fuente.  Casi todos viven en casas bajas y los escasos bloques están vacíos. A los africanos no les gusta vivir en pisos porque no pueden convivir con los ancestros que están enterrados en el suelo.

Si ellos consiguen convivir juntos, lo conseguiremos todos.
El Museo del Apartheid es imprescindible. Soweto fue el centro de las luchas contra la penúltima explotación de África. Esclavitud, colonialismo, apartheid. Los blancos se quedaron las mejores tierras con leyes que escribieron ellos y los negros sólo podían ir a la ciudad a trabajar. El afrikaner había de ser la lengua única y los negros seguirían una inferior educación bantú, educados para servir. Soweto fue el centro de las protestas de mineros, estudiantes y mujeres. El gobierno racista manipuló las divisiones entre zulúes y xhosa y presentó la violencia como ejemplo de la incapacidad de los negros para gobernarse.
El mundo no podía tolerarlo y cuando el régimen racista perdió el apoyo de su valedor Estados Unidos, hubo elecciones que ganó el African National Congress y su líder Nelson Mandela. En Johannesburg empezó como abogado y vivía con su familia, hasta la clandestinidad y cárcel. Un modelo para un país que sigue con desigualdades y violencias. Sus sucesores no han estado a su altura pero Sudáfrica y Johannesburg saldrán adelante en una difícil convivencia interna.
Las enfermedades más probables para el viajero en África son malaria y diarrea. En su primer día son parecidas, con temblores de frío y grandes sudores. Como la malaria tarda varios días en expresarse y yo empezaba el viaje, lo mío no era malaria. Estar solo en el dormitorio ahorra dar explicaciones y después de una noche sin dormir y con algunos kilos de menos me atrevo a seguir viaje.



Zambia.
Zambia es pobre porque no tiene salida al mar y su tierra no da para mucho. Tiene forma extraña, como una mariposa, que no tiene lógica lingüística, geográfica o tribal. Fue el compromiso de Bélgica, Alemania y Portugal con Inglaterra para repartirse unas tierras que no eran suyas. Cuando la independencia, los colonos se fueron al sur, a lo que se llamaba Rhodesia del Sur, para instalar un régimen racista que les permitiera seguir viviendo del trabajo de los negros. La independencia permitió que Zambia se ahorrara los conflictos causados por la guerra fría. Ahora el presidente está a punto de morirse y según la constitución el vicepresidente le sucederá durante 90 días hasta las elecciones, es hijo de escoceses que apoyaron la independencia y será el primer "muzungu" presidente de un país africano desde las descolonizaciones y a todos les parece bien porque es un buen tipo.
Zambia tiene importantes minas de cobre y una naturaleza en que destacan las cataratas Victoria y el río Zambezi. La capital, Lusaka, es un inmenso pueblo resultado de la migración masiva del campo a la ciudad. En el  mercado central todas las mercancías están en la calle y nadie entra en una tienda. La tripa y los riñones de vaca se conservan gracias al espantamoscas de la vendedora y comparten espacio con paneles solares y televisores viejos. Blancos, indios y chinos compran en el moderno centro comercial de las afueras.
La alegre tropa del Lusaka Backpackers Hostel comparte cervezas e historias alrededor del fuego. El hostel es una versión actual de un antiguo Club Colonial. Las conversaciones fluyen entre cervezas. "¿Qué es peor, vender cerveza en Congo, buscar minerales en Nigeria,  dar consejos sanitarios en Zambia o bailar en un festival músical en Malawi?"
Marja es holandesa y hace las prácticas en la oficina de Heineken en Lubumbashi. Heineken es el primer empleador del Congo y Lubumbashi es la capital del Sur. No está lejos y Marja lo aprovecha para un fin de semana tranquilo.
Jean y Philippe trabajan en una plataforma del petróleo en Nigeria. Aprovechan las tres semanas de vacaciones para ir al Lake of Stars, en el lago Malawi, uno de los festivales musicales más importantes de África.
Mary y Louise están en el Peace Corps, la cara amable de la política exterior norteamericana. Viven en un poblado del norte de Zambia, sin agua ni electricidad, desarrollando un programa sanitario para mujeres embarazadas. Se han graduado en política y cuando vuelvan esta experiencia ayudará a su currículum para trabajar en organizaciones progresistas.
Patel hace comercio entre Nairobi y Namibia cuando no está en Mumbai. Sus competidores son chinos que construyen carreteras y cierran negocios pero no llegan a los corazones africanos.
Peter instala paneles solares y es canadiense. Cris es ingeniera, catalana y atraviesa África. Alinani, Bukata y Mapalo trabajan en el hostel y siguen con envidia las conversaciones de unos blancos que parecen dueños de su destino.
Los africanos van en vehículos colectivos y en el bus a South Lwanga, Paul me cuenta que hace años el primer asfalto de la carretera lo puso una empresa italiana y el mantenimiento actual lo hacen portugueses. La carretera que va al oeste, hacia las cataratas, la hicieron yugoslavos y ahora la renuevan chinos. Paul tiene 70 años y recuerda que antes del asfalto, los leones cortaban el tráfico. Ahora no hay porque Zambia tenía tres millones de habitantes cuando la independencia, ahora tiene catorce y tantos humanos los ha hecho retroceder.
El único blanco se llama Ivan. Es croata, ha estudiado en Barcelona y trabaja en Qatar. También va al Marula Lodge, el de los mochileros. Dormitorio, tres comidas y dos salidas al parque cuesta 115$. Lo mismo en los lodges caros cuesta 950$. No está vallado y en la estación seca los elefantes y los hipos atraviesan el río y se pasean entre las cabañas. Si los encuentras al salir a mear, hay que ponerse a cubierto porque los monos son los únicos que no tienen respeto a un techo.

Los animales están permitidos en el albergue
Es el mundo de Jenny, maestra y sudafricana. Su familia inglesa llegó en el siglo XIX, después se fue a Zimbabwe y Dubai, pero África tira mucho. Ha arrendado el lodge con su marido, su hijo trabaja en el petróleo en Nigeria, su hija en un campo de refugiados de Médicos Sin Fronteras, en la guerra civil de la República Centroafricana y ella colabora con la escuela del poblado cercano. Se encontrarán en Navidad y se ocupa del único hotel del mundo sin hormigas en las sábanas pero con elefantes en el jardín.
Con Ivan y un guarda armado visitamos a pie el parque y aprendemos a localizar al leopardo por los avisos que se hacen los monos desde los árboles, que las deposiciones de la hiena son blancas por el calcio de los huesos que comen, que la madera y los frutos de la Kigeria y el Mopane son muy útiles y no se pueden cortar para hacer carbón, que el canto entre el macho y la hembra de los pájaros es un diálogo. El bosque también es un libro que se lee con los pies.

Malawi.
África se mueve en minibuses con muchas vidas y nombres según la región. En el "Matatu" en que me dirijo a la frontera con Malawi, hay 25 culos en 9 asientos, varios bebés en un nivel superior y algunas gallinas en uno inferior. En la frontera la policía me pregunta por la situación política de Catalunya y responde con inteligencia a la vaguedad de mi respuesta. Iniciamos una conversación ante la protesta de los que esperan su turno.
En el barrio bueno de Lilongwe, la desconocida capital de Malawi, la embajada de Mozambique está cerrada por elecciones, pero en el blog mozguide.org otros viajeros me aseguran que se puede obtener un "visto de fronteira". En el barrio malo, hay cañadas que son ríos cuando llueve y cloacas cuando no. Alguien ha construido puentes de madera y cobra 2 céntimos de peaje. En algunas cabañas se canta al Dios verdadero en idioma chechwa. Ser pastor evangelista es una de las pocas salidas profesionales para un joven inteligente. El barrio bueno y el barrio malo están separados por un bosque al que una ONG lleva animales abusados en los países ricos. Monos vestidos de mujer y atados a una farola en España o un león tuerto y hambriento en Rumanía.

Los niños de Malawi siempre ríen
Malawi es uno de los países más pobres del mundo, todos los países africanos sin salida al mar lo son, pero la vida es más llevadera porque no tiene recursos minerales  y no ha tenido problemas políticos recientes.
En Malawi el Sida ha matado a muchos hombres en edad de trabajar. La sociedad resiste porque las familias se encargan con discreción de los que quedan. Devlin, que es el alma del Centro de salud de Alinafe, ha ido al funeral de un pariente y me recoge en Lilongwe en su coche con hijos y sobrinos. El coche, como todos, es japonés de tercera mano, comprado por internet y entregado en un puerto de Tanzania por la décima parte del precio nuevo.
Alinafe recibe el apoyo de varias organizaciones y tiene el paraguas de la iglesia católica. Coincido con la visita del obispo de Malawi que visita el centro por primera vez en quince años y está muy gordo.

El agua es siempre el recurso más valioso
Devlin me lleva a ver como construyen un pozo de agua. El Peace Corps paga los materiales que se han fabricado en la India. Un héroe local sabe donde hay agua y como hacer un agujero de 15 metros con pico y pala. Sacar el agua de una zona limpia y fiable evitará enfermedades.
Ruta de 150 kilómetros en camión y matatu hasta el sur del lago. En cada cambio de vehículo hay que esperar a que se llene, y después cargar más pasajeros. La gasolina se compra en cabañas con el dinero de los pasajes y en botellas de plástico. Cuando se agota, el conductor ha de ir en bicitaxi a comprar más al poblado cercano. Mientras, los pasajeros esperamos a la sombra de una acacia o en una cabaña en que por algunos kwatchas se puede ver la Premier League. Soy el único pasajero que tiene prisa y no se porqué.

Lago Malawi, un eslabón del Valle del Rift
Cape Mac Lead es una encantadora península al sur del lago Malawi. El lago forma parte de la cadena del Rift Valley, en su costa vive mucha gente y como no se depuran las aguas residuales hay bilharzia. En Lilongwe compré prevención fabricada en la India. En Alinafe, Manuel me explicó que su tercera malaria es más débil que las anteriores porque ya se ha acostumbrado. A Devlin en España una enfermedad que supo que se llamaba gripe, le dejó hecho polvo.
Florent trabaja de informático remoto desde la isla francesa de Reunion y viaja con su chica de Malawi. Vive bien porque hace lo que le gusta con sueldo europeo y costes africanos. Fritz audita el beneficio social de ONGs y Teresa tiene una semana de vacaciones en el centro para tratamiento de Sida que MSF ha cedido al gobierno. El idioma dificulta las conversaciones con los pescadores.
Varios transportes después de abandonar el lago, llego a Blantyre. Es la última ciudad antes de la frontera con Mozambique. Es el nombre del pueblo escocés en que nació el Livingstone y todo está cerrado porque es el día de la madre. En el templo hindú preparan la fiesta de Dewali, en la catedral pentecostal hacen misa y me cuelo en una boda en que tiran billetes al paso de los novios. En el albergue conozco a Albert y al día siguiente nos vamos al mercado a buscar un transporte hacia la frontera.

Mozambique.
Albert es sudafricano y vuelve a casa después de recorrer el mundo. Nos cobran 2 kwatchas de más por blancos y yo lo acepto, pero Albert es africano aunque blanco y se ha pasado su viaje reivindicándolo. Su orgullo de africano le sirve en la frontera y no necesita visado. Yo necesito trámites, dólares y tiempo hasta llegar a Tete, la capital de un distrito en que la guerrilla del Renamo era fuerte. Hace dos años los vehículos circulaban escoltados en grupo. Ahora hay paz y ha ganado las elecciones el FRELIMO, el partido de la independencia de Portugal. El primer interrogatorio de la policía se resuelve hablando de Eusebio, el gran jugador mozambiqueño del Benfica.
En Tete hay mucho carbón, pero el combustible más usado es el carbón vegetal que esquilma los bosques de África, como ocurría en Europa hasta los combustibles minerales. Encuentro donde dormir incluyendo "matabixos" que no es una mosquitera sino algo que comer. Me informan que mañana he de "apanhar a chapa detras do maxibombo" que quiere decir un bus pequeño detrás de uno grande. Hasta Vilankulos, en el Océano Índico, 900 km en 4 transportes, de las 3 de la mañana a las 8 de la noche. Los últimos 200km en una chapa con emigrantes ilegales que se dirigen a Sudáfrica. Vamos por caminos secundarios para evitar controles y como anochece, me resigno a pasar la noche acurrucado esperando la salida del sol. Hay suerte y un último transporte me lleva hasta Vilankulos, la última playa a que llegan turistas sudafricanos. Sigue habiendo mochileros, pero a las otras "M" de blancos por las rutas africanas, misioneros, mercenarios y MSF, se añaden turistas.
Las cercanas islas de Bazaruto son un paraíso para bucear entre corales y Tofu, el siguiente destino, permite nadar entre delfines, mantas, tortugas y pacíficos tiburones ballena, unos gigantes de 12 metros de longitud.

Los blancos tenemos los relojes. Los africanos el tiempo
La bandera de Moçambique incluye una estrella, un libro, un fusil y un azadón. Es como un armario y símbolo de la complejidad del país. Los portugueses llegaron en el siglo XV en su ruta a la India y establecieron fuertes para comerciar, al norte en la Ilha de Moçambique y al sur en Inhambane, cerca de las playas de Tofu. El comercio más rentable era el de esclavos y dejaron un idioma y muchos mulatos. Cuando el rey de España se quedó Portugal, se desentendió de la ruta comercial a la India porque lo suyo era traer plata de América para pagar sus guerras europeas. Holanda lo aprovechó para construir un fuerte en Maputo, que ahora es la capital y mi siguiente destino.
La "chapa" transporta tablas de surf, arroz y carbón vegetal y llegar a Maputo es estar de nuevo en una ciudad grande. La Baixa tiene aire portugués y las calles nombres de revolucionarios. Guerra Popular, Kim Il Sung, Mao Tse Tung. Muchos blancos marcharon con la independencia y muchos han vuelto con la crisis económica en Portugal. Del Índico llegaron el islam y un mercado lleno de marisco. El albergue es una casa colonial reconvertida y las embajadas europeas compiten en la promoción de cultura. Alguna ha pagado el concierto de un héroe local, Chico Antonio, un antiguo menino da rua con ritmo endiablado. entre los asistentes,los blancos aplaudimos y los negros bailan.
El Museo de Geología quiere convertir a los estudiantes en técnicos de gas y carbón. El de Ciencias Naturales explica que para ampliar la ciudad, los portugueses encargaron a cazadores matar a los elefantes. Mataron dos mil y sacaron los fetos de las elefantas embarazadas en una exposición de pesadilla sobre sus 22 meses de gestación. El Núcleo de Arte es una explosión cooperativa de extraordinarios artistas.

La mitad de los niños del planeta nacen en Africa

Swazilandia.
"Chapa" de madrugada hacia Swazilandia, el reino de Sobhuza II, uno de los reyes absolutos que quedan. La constitución dice que la reina madre tiene los mismos poderes que el Rey, con el poder sobrenatural añadido de provocar la lluvia. Con este poder, la agricultura es sofisticada y de exportación pero la esperanza de vida es sólo de 37 años por culpa del Sida, las numerosas iglesias, incluyendo la católica, hacen difícil remediarlo. Como los sindicatos están prohibidos, sus textiles han de pagar aranceles y los empresarios orientales llevan a los trabajadores ilegalmente a Lesotho o Sudáfrica. Buenas intenciones con efectos perversos. Los terrenos del rey se han reconvertido a parques y bajo tu responsabilidad puedes caminar horas en un zoo sin barreras.
Swazi es un destino amable para conocer África. La mitad de los visitantes se horrorizan ante la visita a la violenta Sudáfrica. La otra mitad se horrorizan del viaje por el África salvaje al norte. Una pareja mayor de 70 años espera un recambio para su vehículo. Recorren solos el continente sin miedo y su dificultad es marcar las huellas digitales en los visados al tener artrosis en los dedos.

Zulos, Boer, Xhosa, ingleses. En el pasado, todos contra todos.

Durban. Sudáfrica.
Tres horas de espera en el mercado hasta que se llena la Kombi. Un día de ruta hasta Durban, tercera ciudad de Sudáfrica y la que tiene más indios fuera de la Índia. Aquí empezó Gandhi su carrera como agitador social y aquí eliminó España a Alemania en las semifinales del Mundial. También se hizo en Durban el Congreso de la Federación Mundial de Sordos que siguió al de Madrid.
Los indios dominan las tiendas de Victoria Market fuera de la zona de medicina tradicional africana. Cabezas de mono, pieles de serpiente, cortezas, dentistas, abortistas y remedios variados. El océano es magnífico y mortal, sus olas son un reto para los mejores surfers y sus tiburones se dividen entre peligrosos y muy peligrosos.
Durban es la capital de KwaZulu Natal y su historia es muy violenta. A mitad del siglo XIX los zulú, lucharon contra otras tribus bantú. Guerras antiguas de pastores contra agricultores. Después llegaron los bóer, blancos de origen holandés y mentalidad antigua que no soportaban a los ingleses de la colonia del Cabo. Lucharon con los zulú y mataban más fusiles contra lanzas. Los ingleses no intervenían porque no querían trabajar la tierra pero cuando se descubrió oro y diamantes dijeron que era suya. En las guerras contra los bóer desarrollaron la idea de los campos de concentración y como enfermero y periodista participaron Gandhi y Churchill.
Cuatro actores para siete guerras en pocos años. Las guerras entre zulúes y bantúes eran de la época de la Biblia. Las guerras entre ingleses y boers eran un aperitivo de la Primera Guerra Mundial. En Isandlwana los zulú aniquilaron a un destacamento inglés en una de las mayores derrotas del Imperio. Al día siguiente en Rorke's Drift 139 soldados resistieron el asedio de 4000 zulúes en el episodio militar en que se repartieron más Cruces Victoria para restaurar el orgullo británico.
Al final de tantas batallas ganaron los ingleses y pactaron con los boers para crear la sociedad del apartheid. Los ingleses se quedaron las minas, los boers la tierra y pusieron a los negros a trabajar en una renovada esclavitud.
Desde Durban, ruta en taxi compartido hasta los montes Drakenberg. Es un macizo de 500 km de largo, 3.400m en su punto más alto y con nieve ocasional. Parecido a los Pirineos y frontera con Lesotho. Estas montañas han sido refugio de los san, cazadores y recolectores hasta su desaparición. Los san pintaron en el 27.000 aC en Namibia el arte rupestre más antiguo. En Drakensberg se conservan pinturas del 6.000 aC junto a las que narran el exterminio reciente por los blancos. Las últimas pinturas reproducen humanos con carros y bueyes. Los mismos que les aniquilaron.



Drakensberg, las montañas para entrar en Lesotho, el país más alto del mundo.
Lesotho.
No hay transportes regulares hasta el Sani Pass, una pista sin asfaltar que es el único paso que atraviesa las montañas y entra en Lesotho, pero me aceptan en una furgoneta de trabajadores hasta el collado. Compartimos la pista con unos valientes ciclistas que suben en medio de la nevada.
La frontera a 3.000m es una cabaña de madera vacía porque hace frío. En frente está el pub más alto de África y los sudafricanos no siguen porque Lesotho les parece un lugar peligroso. Hay un buen sitio para dormir e intento subir al cercano Hodgson Peak pero el mal tiempo y la niebla me hacen abandonar. Lesotho es el país más alto del mundo porque Maseru, la capital y su punto más bajo, está a 1.400m. Es también pobre porque sólo tiene agua y diamantes. Parece que los diamantes son los mejores del mundo y que los de los ríos sudafricanos vienen de sus montañas. El agua se va por ríos que no llegan a Johannesburg, que es donde hay demanda, así que los sudafricanos los canalizan y pagan un canon.
Atravieso el país encadenando transportes. Todos los locales llevan una manta que sirve para el frío permanente y yo soy "lekhowa", un blanco viajero en idioma basuto.
Al llegar a Maseru de noche la única opción es un hotel de negocios y en el bar hay varias chicas que se interesan por el motivo de mi viaje. Suponen que me pagan por viajar y que tengo dinero así que me dan sus números de teléfono.

Johannesburg, cuna de la humanidad y capital del continente del futuro
Johannesburg. Sudáfrica.
Sigo ruta hasta Johannesburg, principio y fin de mi viaje africano. También del viaje de los homínidos que han poblado la Tierra. Aquí han encontrado al Niño de Taung, a Big Foot y a la Señora Plies. Todos son australopitecos nacidos hace más de dos millones de años. Ahora Jo'burg es la ciudad que más se parece a la de Blade Runner y es la capital económica del continente en que nacen la mitad de los niños del mundo.
La mayoría de guías de viaje te dirigen a los blancos, caros y seguros barrios de las afueras, pero me han hablado de Maboneng. Fue un barrio de talleres y almacenes, después un degradado distrito del Downtown y se quiere reconvertir atrayendo profesionales y artistas. De Harlem a Notting Hill. Mi hostel tiene a un lado un centro de arte y conferencias y al otro un edificio ocupado por recicladores urbanos. Seguridad armada en todas las calles pero cada día me alejo más hasta recorrer a pie toda la ciudad. Hasta los despachos del jóven abogado Gandhi que teorizaba la resistencia pacífica y de la Mandela & Tambo Law Firm, los primeros abogados negros y lideres del African National Congress.
La lluvia ha afectado a una central eléctrica y se anuncia apagón para la noche. La oscuridad total es como un toque de queda. El hostel cierra sus puertas de hierro y revisa el alambre de espino. En el bar inicio una larga conversación con Landie. Es arquitecta y afrikaan. Cree en el futuro de su país y justifica a sus amigos que han marchado. Trabaja en proyectos para soldar suburbios pobres, downtown degradados y barrios ricos. Tiene la edad de mis hijos y me explica los problemas con sus padres. La barrera racial y económica del apartheid es difícil de borrar.
A 40 kilómetros hay una zona llamada humildemente "Cuna de la humanidad". Allí se han encontrado restos fósiles entre 3 millones y 200 años. La tierra caliza es necesaria para las minas de oro y por eso se empezó a excavar. En Sterkfontein se han encontrado el 40% de los restos de homínidos del mundo. Parece que las cuevas no fueron habitadas y los animales dejaban allí sus presas, son restos de cazadores cazados.
Un cráneo pequeño de 3 millones de años bautizado como el Niño de Tang sirvió para la hipótesis del origen africano de la especie y el cráneo adulto de la Señora Plies la confirmó.
Una larga caminata hasta la Universidad Witwatersrand, la principal del país, transporta al futuro y al pasado. Las jacarandas están floridas con un azul intenso y pasean mezclados los jóvenes, negros, blancos, mulatos o hindúes. Origin, el museo y centro de investigación de la universidad habla de las cinco grandes revoluciones que nos han llevado a ser lo que somos. La agricultura se originó en Oriente Medio y la industria en Inglaterra, pero los protagonistas de las otras tres revoluciones, homínidos, sapiens y arte, se han originado en esta parte de África. Es nuestro pasado y nuestro
futuro.

Detalles del viaje
Seis semanas de otoño de 2014 con principio y final en Johannesburg.
Vuelo a Johannesburg. Lebo's Hostel en Soweto. 
Vuelo a Lusaka. Bus a Mfuwe y South Lwangwa Park. Marula Lodge. 
Minibus a la frontera de Malawi i a Lilongwe. Mabuya Lodge y encuentro con Devlin Msowoya para ir al Alinafe Health Center. Contacto a través de la ONG África Directo y encuentro con algunos proyectos y colaboradores. Minibuses hasta Cap MacLead, al sur del lago Malawi. Lodge Fat Monkeys. Minibuses a Blantyre por Mangochi y camión a frontera de Mozambique.
Minibus a Tete. Maxibombo y chapas compartidas con migrantes a SudAfrica hasta Vilankulos. Bote a las islas y corales de Bazaruto. Bus a Inhambane y Tofu. Bote y snorkel con tiburón ballena. Maxibombo a Maputo. 
Minibus a Manzini, Swazilandia. Sondzela lodge en Mlilwane Wildlife Sanctuary. 
Minibus a frontera de KwaZulu Natal, SudAfrica y a Durban. Happy Hippo hostel y taxi compartido a Unterberg, South Drakenberg. 
Transporte compartido 4x4 al Sani Pass y frontera de Lesotho. Varios transportes a Mokothlong y Maseru, capital y frontera con Gauteng, SouthAfrica.
Bus a Johannesburg, Curiocity Hostel en Maboneng, Downtown. Visita en taxi a Sterkfontein y visitas andando por Jo'burg. Avión vuelta a Barcelona.
Mozambique es el único visado difícil pero lo pude hacer en la frontera. Cinco divisas diferentes. Facil comprar tarjetas telefónicas en cada país.
Comunicación en inglés y portugués aunque no es lengua nativa para la mayoría. En los transporte se habla alguna lengua local o creole pero siempre hay con quien comunicar en inglés o portugués.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada