21 de maig 2020

El sueño de los mares del sur. Filipinas, Papúa Niugini y Solomon Islands. Primavera de 2016


El fin de la Gran Guerra llevó a Corto del Mediterráneo al sur del Pacífico
Corto Maltés había contado esas tierras y esos mares en "La balada del mar salado". Quería ver si sus historias eran verdad. Quizá no lo eran pero encontré otras.
El río Sepik es uno de los grandes en el mundo. Nace en las tierras altas de Papúa Nueva Guinea (PNG) pero llegar hasta él no es fácil. En PNG solo tienen horario las escuelas y la lluvia. Los PMV, Public Motor Vehicle, son cualquier cosa con motor pero Toyota, salen cuando están llenos y a veces hay que esperar 4 horas. La pista sube y baja entre árboles pero como no hay barro ni asaltantes, llegamos a Angoram, mi primer contacto con el Sepik. El único sitio para dormir es una cabaña de Jeffrey, un Big Man local que alberga una reunión de "alcaldes" de los poblados vecinos. Han terminado la reunión y están todos borrachos. Saludo a los que están despiertos, y con la sinceridad de los borrachos quieren hablar de blancos y negros. Lo arreglo diciendo que Obama bien y Trump mal. Me escondo en mi mosquitera y me aíslo de la fiesta.
Después alquilo un cayuco para navegar río arriba hasta el poblado de Tanenbaum. Como no hay tiendas compro arroz y alguna lata en un descampado que hace de mercado. Estoy sólo en la piragua hasta que aparecen una docena de melanesios que hacía días que esperaban la ocasión de un transporte gratis. . Estamos entre la estación húmeda y la seca, que es lo peor porque quiere decir mucho barro. En el poblado duermo en la cabaña de Edward y Jacinta con toda la familia. La antropóloga Margaret Mead hace noventa años, necesito vivir más de un año en este poblado para entender las relaciones familiares de los locales. La cabaña es una gran plataforma de madera elevada sobre pilonas. Debajo hay tierra, barro o agua según la estación.
La Haus Tanbanum es la casa de los espíritus. Las mujeres no pueden entrar y ellos se reúnen para hablar de sus cosas entre caras y penes gigantes tallados en madera. Es como los antiguos casinos de pueblo.
En época seca se pueden plantar cosas, pero ahora la única comida son peces del río y segu que es una pasta del corazón del tronco de palmera. Cuando me vaya les dejaré mis latas y arroz. Una placa solar y una batería dan luz por la noche y permiten cargar el teléfono. Una torre lejana conecta este poblado prehistórico con internet.
Nadar en el río Sepik tiene su gracia. Es mejor hacerlo con los niños porque ellos saben donde no hay serpientes ni cocodrilos.


Yipnies, colorido y elástico medio de transporte
Qatar y Filipinas.
El viaje al Pacífico Sur empezó con parada en Qatar. El qatarí medio es 27 veces más rico que el filipino y hay trabajo porque se construye para el Mundial de fútbol de 2022. Doce estadios de fútbol con aire acondicionado en el desierto, metro para el transporte y edificios de lujo donde no vive nadie pero sirven para invertir el dinero del petróleo y las comisiones de las guerras de Oriente Medio. Como los extranjeros no pueden comprar terreno qatarí, se ha construído una isla artificial para ellos con un puente de acceso donde hay sólo dos tiendas, las de Ferrari y de Lamborghini.
En los hoteles de lujo hay restaurantes cinco estrellas de chefs internacionales pero el aire acondicionado y el precio son excesivos. En la calle puedo comer por 3 €, a 40º de temperatura, con los trabajadores indios y filipinos.
En el Centro de Cultura Islámica hay paneles que explican las bondades del Islam. Soy el único visitante y pronto viene el encargado de proselitismo a hispanos. Se llama Abdallah pero antes de su conversión se llamaba Jaume y es de Gavà. Hablamos de religión durante una hora y me explica que el Profeta dijo que los judíos se habían dividido en 70 sectas, los cristianos en 71 y que los musulmanes se dividirían en 72. Los discípulos le preguntaron cómo sabrían cuál era la buena y Muhammad les dijo que sería la única que no cambiara nada de los libros antiguos. Así lo han hecho Arabia Saudita y Qatar, aunque estén peleados.

El asesinato del doctor Rizal por España fue peor que un crimen, fue un error
Manila
El aeropuerto de Manila es un caos porque Metro Manila es una de las ciudades mayores del mundo y no hay infraestructuras suficientes. Para llegar al centro la solución es comprar una tarjeta telefónica local a un coste de 1$ por día y utilizar Grab, un Über local, hasta Malati, el barrio de mi hostel. El personal es una mezcla de misioneros, puteros y mochileros. Voluntarios que quieren enseñar inglés y la Biblia, viejos verdes a la búsqueda de tugurios en que se ofrecen chicas jóvenes y viajeros que se buscan a si mismos.
De la que fue capital de la colonia española sólo queda el barrio de Intramuros. El resto fue arrasado por los bombardeos americanos de la guerra mundial. En el Parque Rizal pasean las familias y los niños entre estatuas de héroes. El primero es Lapu Lapu, el líder indígena que mató a Magallanes. El último José Rizal, el intelectual filipino al que fusilaron los españoles.
Los españoles ocuparon este archipiélago de 7.000 islas y le pusieron el nombre de su rey Felipe, pero las lenguas malayas no tienen el sonido "f" y 400 años más tarde aún no lo han aprendido. Cuando los restos del imperio español se desmoronaban algunos intelectuales locales se quejaron. El médico José Rizal era de familia mestiza, había escrito novelas en español, traducido del alemán y fue voluntario para la epidemia que diezmaba soldados españoles en Cuba. También escribía que los filipinos debían tener los mismos derechos que los de la metrópoli. España había cedido la política de sus colonias a la justicia militar y Rizal fue detenido en Barcelona, llevado a Manila y fusilado. Dos años después el movimiento independentista triunfaba y España vendió la colonia a los Estados Unidos por 20 millones de dólares. Peor imposible.
Había empezado el viaje buscando libros en la librería Altaïr, de Barcelona. El estante de Filipinas tenía dos libros, uno en inglés y otro en francés. La mayoría de países tenían decenas de libros en castellano. De los siglos de contacto solo quedan las órdenes religiosas católicas, agustinos, dominicos y jesuitas, que dominaban el comercio que se hacía con el Galeón de Manila. Tres meses desde Acapulco a Manila transportando plata y frailes. Seis meses de "contraviaje" en una larga ruta impuesta por los vientos dominantes por las costas de Japón y California hasta México, transportando sedas, porcelanas y todo tipo de productos de China. A lo largo de estos años, se construyeron 128 galeones que uno tras otro, sustituían a los que hundían piratas y tormentas.
La afirmación que la muerte nos iguala no es cierta en Manila. El cementerio chino tiene tumbas con lavabo y aire acondicionado mientras en el cementerio filipino viven 50.000 personas y algunas tumbas se han convertido en tiendas. Están separados del lujoso y moderno barrio de Makati por estaciones del tren elevado y descampados con niños de aire amenazador y desvalido.
Los americanos sustituyeron al español por el inglés como idioma oficial pero es raro ver a dos filipinos hablándolo entre ellos. El tagalo, la lengua malaya de la región de Manila, también es oficial pero en las islas se hablan muchos idiomas. La confusión hace que la lectura sea poca, pero la abundancia de islas ha convertido a los filipinos en excelentes navegantes. Descienden de una gente que vino del sur de China y siguió navegando hasta Madagascar, Nueva Zelanda o Hawai. Ahora las remesas de los emigrantes son el 10% del PNB y en la calle hay mercados donde las empresas de navegación ofrecen trabajo a mecánicos, cocineros y marinos.

Entierros verticales en la Cordillera de Luzón. Más cerca del cielo.
Cordillera de Luzón.
Luzón es la isla más grande y al norte está la "Cordillera" una cadena de montañas con volcanes activos que llegan casi a Manila. El más famoso es Pinatubo cuya erupción fue una de las más violentas del siglo XX y derrotó al ejército americano que clausuró sus gigantescas bases de Subic Bay y Clark, desde las que había mantenido sus desastrosas guerras del sudeste asiático.
El periódico informa que la guerrilla de Abu Sayaf ha cortado la cabeza a un rehén australiano en Mindanao. Es una guerrilla que se creó para luchar contra los soviéticos en Afganistán, siguió en Libia y ahora forma parte de una nebulosa islamista que vive de cobrar rescates. Cortar cabezas era normal en las luchas entre tribus de la Cordillera, cuando los españoles se limitaban a controlar las costas y no se metían en la montaña.
El dinero es fácil de blanquear porque los casinos de Manila no registran quien compra las fichas para jugar. Al volver a cambiarlas por dinero, ya es legal. Un gran negocio desde que el gobierno chino ha aumentado los controles en los casinos de Macao.
Baguio es la entrada a la cordillera. Era el centro de la administración estadounidense del norte, fue ocupada por Japón en la guerra y al no rendirse cuando regresaron los americanos fue arrasada. El general japonés fue ejecutado por criminal y el americano condecorado por héroe.
En el YMCA, Pierre me explica sus meses conviviendo con las tribus de "negritos", melanesios de talla corta, en las montañas de la cercana isla de Negros. Son descendientes de los melanesios que llegaron hace 40.000 años, cultivaban tubérculos y se refugiaron en los altos cuando llegaron poblaciones malayas que sabían navegar y cultivar arroz. Pierre se ganó la confianza de los "negritos" hablando tagalo y regalando arroz, pero pocos años más tarde ya le pedían ordenadores.
En la cordillera siempre ha habido proscritos y los últimos fueron del Partido Comunista liderados por el sacerdote Conrado Balweg, hasta que firmó la paz con la presidenta Corazón Aquino. Él le regaló una espada y un escudo y ella una biblia y un rosario.
Sagada està en el corazón de la Cordillera y Jenny que tiene ocho hijos, me hace de guía hasta las paredes en que colgaban los féretros con sus muertos. En este cementerio vertical estaban más cerca del cielo. Algunas cuevas sepulcrales conectan los acantilados y arrastrarse dos horas por oscuridad, barro y murciélagos justifican una tumba elevada y ventilada.
La mejor comida en Sagada la sirven los descendientes del soldado Masferré. Por lo que me cuenta su nieto, era de Sant Feliu de Guíxols y cuando marcharon los españoles se quedó por amor. Se adaptó a los americanos haciéndose evangelista y llegó a obispo. Su hijo estudió en Barcelona y llevó la primera cámara fotográfica a Filipinas. En las antiguas luchas de tribus, el vencedor se quedaba la cabeza del derrotado y la familia se llevaba el resto del cuerpo, Masferré lo fotografió y hoy todas sus fotos están en el Museo de Ciencias Naturales de Washington.

Una generación después sólo quedaron los altos.
Dicen que las terrazas de Ifugao, Bontoc, Banaue, Batad, Bangaan son la octava maravilla del mundo y unos días de caminata entre estos pueblos por muros entre charcos de arroz no se olvidan. Los volcanes han hecho que la tierra de la Cordillera sea muy fértil y con la abundancia de agua se cultiva arroz en terrazas con inclinaciones superiores a los 45º. Una sanguijuela me muerde y su anticoagulante hace que la hemorragia no se detenga. Liu, mi guía aplica betel masticado y parece que funciona. Los locales están siempre masticando "momma" que es una mezcla de nuez de betel, tabaco, menta y polvo calcáreo. Después se escupe y tiñe todo el sudeste de Asia de rojo.
Dormimos en el poblado de Kambulo. Las casas son tablones de madera encajados sin clavos y con techos de paja. Fácil de desmontar y transportar. Es sábado y hay elecciones. Los grupos de hombres están borrachos y llevan machetes y pollos que dicen que les ha dado uno de los candidatos.
Unas horas más de senderos y arrozales nos llevan por el primer camino para vehículos hasta Banaue. Ha habido desprendimientos y el bus que debía tardar 9 horas hasta Manila tarda 23. Muchos tramos son de dirección única, todos los camiones quieren pasar y la ruta se colapsa hasta que llegan soldados a imponer alguna norma.
Un ramal de la ruta lleva al Baler, un callejón con salida al mar donde "los últimos de Filipinas" siguieron su guerra sin enterarse que España había perdido y vendido la colonia centenaria. Les dieron dos Laureadas y Franco después de una película patriótica ascendió a tenientes a los soldados que quedaban vivos y sus familias fueron franquistas en la guerra. Lo habían sido tres de los ocho que sobrevivían.
Ahora el Baler es destino surfista y allí se filmó el bombardeo de un poblado vietnamita a ritmo de Wagner en la película "Apocalypse Now".

Terrazas de arroz de Banaue.
Cebú y más islas.
Mi siguiente destino son las islas al sur de Luzón y algunos fondos marinos. Hay miles de islas y se cree que con marea baja son más. Una corta navegación a Puerto Galera, en la isla de Mindoro y algunas inmersiones entre barcos hundidos y muros de coral lo prueban. Hay expatriados de Manila y seniors de países ricos con nuevas parejas, estables o de paso. Un mundo diferente de los mangyan, protomalayos que viven en las tierras altas de Mindoro con agricultura anterior al arroz, pobres entre los pobres. Sigo con saltos de isla de Panay a Boracay. En bangkas, que son naves de madera alargadas con estabilizadores laterales de bambú, las naves de los ancestros que llegaron hasta el fin de los mares. En RORO, Roll On, Roll Off, cargueros metálicos con popa abatible para vehículos y pasajeros.
La mayoría de los turistas van a Palawan y Boracay, pero yo paso brevemente por la segunda y miro de lejos la oferta lúdica y deportiva encadenando transportes e islas hasta Ilo Ilo. Fue la última ciudad que rindió el ejército español y mantiene un aire colonial. Atravesar la isla de Negros con inmensos campos de caña de azúcar me recuerda las memorias del poeta Gil de Biedma. Inteligente, homosexual y directivo de la Compañía de Tabacos de Filipinas, describe una empresa que como muchas de la España postcolonial sólo sabía hacer negocios gracias a monopolios estatales, en su caso tabaco y azúcar, aprovechando trabajo esclavo. Los americanos respetaron los intereses de las empresas españolas y la feroz descripción de Gil de Biedma mezcla explotación colonial, literatura de posguerra y aventuras sexuales.
Las inminentes elecciones ganan protagonismo y el político más popular es Manny Pacquiao, un boxeador que será senador después de ser campeón del mundo en las ocho categorías que van de mosca a welter. Para presidente el favorito es Rodrigo Duterte que tiene recetas violentas para todo. Cuenta con los 4 millones de votos que le promete la Iglesia Ni Cristo, la principal secta protestante y con el avión que le deja su líder. Además como en Filipinas casi no hay pensiones de jubilación, el voto de los mayores es muy variable. Todos los motoristas y taxistas con que hablo le votarán. Las elecciones son el día siguiente al Día de la Madre y Duterte se ha fotografiado llorando en la tumba de la suya pidiendo que le ayude en su victoria.
Cebú es la segunda ciudad del país, 800.000 habitantes frente a los 12 millones de Manila, y fue aquí donde llegó Magallanes. El cura de la expedición enseñó la imagen de la Virgen con el Niño a la princesa india y ella dijo que quería el Niño, quería un juguete. Al año volvió la expedición de Legazpi para quedarse y vieron la imagen del Niño. La bendijo el Papa y ahora la imagen tiene un ropero impresionante y es la más venerada del país. Una misa en su basílica es un espectáculo. Muchedumbre con paraguas amarillo vaticano para protegerse del sol y karaoke para seguir las canciones porque la ceremonia es en cebuano trufado de palabras inglesas y castellanas.
La veneración al Santo Niño es mala conciencia e hipocresía porque en esta sociedad los perdedores son los niños. Hay muchos porque la natalidad es alta con el discurso católico, la sanidad mejora y los niños no pueden emigrar. Many Pacquiao era uno de ellos. Los jóvenes con suerte acceden a formación y pueden ganar 400$/mes en un Call Center o emigrar si tienen oficio e inglés.
Vivo la jornada de votación en Cebú, vuelo a Manila y allí sigo el resultado. Las casas pobres lejos del centro han resistido tifones y terremotos, lo que queda es madera o ratán y se sostiene por manojos de cables eléctricos y hoy por gruesos carteles electorales. Todo está tranquilo porque hay dos días de ley seca y la mitad de muertos que en la elecciones del 2010. Los jóvenes son escépticos porque creen que no es suficiente cambiar personas porque el sistema es clientelista, ineficaz y corrupto. Ganará Duterte pero como el vicepresidente se elije aparte, lo normal es que sean de partidos contrarios y desde el primer día empiecen su guerra.
Continúo viaje a Port Moresby, la capital de Papúa New Guinea. Tres horas al Este y varios siglos hacia atrás.

Mount Wilhelm, la montaña más alta de Papúa recuerda al kaiser alemán.
Papúa Niugini. Port Moresby y las Tierras Altas.
New Guinea es la segunda isla más grande del mundo. Los humanos llegaron hace 40.000 años, mucho antes que a Europa y fue uno de los pocos sitio en que se desarrolló la agricultura de forma autónoma. Por herencia del colonialismo está dividida entre dos estados, Papua New Guinea, PNG, al este y Irian Jaya, una provincia indonesia, al oeste. Pero los papúes están mucho más divididos. De las 5.000 lenguas que se hablan en el mundo, 800 son de New Guinea y esto quiere decir que hay por lo menos 800 tribus. Su mundo se divide entre las tierras altas, valles a más de 2.000 metros, tierras bajas junto al mar, inmensos ríos como el Sepik e islas volcánicas.
Hace 100 años, cinco países occidentales, unos recién llegados, decían que aquello era suyo porque ellos eran superiores. En 1930 unos buscadores de oro australianos llegaron a los poblados de las tierras altas y entraron en contacto con una civilización desconocida de poblados que en lugar de dioses, veneraban  ancestros. Vieron que los blancos bajaban de las montañas y los papúes los tomaron por antecesores porque decían que los espíritus de sus muertos se volvía blancos y vivían en las montañas.
Pocos años más tarde aquellos blancos se mataban entre sí con armas que los papúes nunca habían visto. Llamaban a esa masacre Guerra Mundial y les sorprendió porque las tribus papúes también luchaban con lanzas y flechas por un cerdo o por un insulto pero después de pocos muertos volvían a sus poblados.
Se quedaron con la fama de violentos y ahora su capital, Port Moresby se considera la más violenta del mundo, aunque ahora mueren más por diabetes o enfermedades circulatorias. La modernidad permite demasiada sal y azúcar para unas poblaciones que sobrevivían en la escasez. Antes morían de malaria, tuberculosis o lepra y ahora el problema es obesidad y superpoblación. Lo cuenta Jared Diamond, sabio y ornitólogo que ha vivido entre New Guinea y Los Ángeles y eso le ha inspirado para grandes libros como "Armas, gérmenes y acero".
La mayoría trabajan en el campo pero la migración a la ciudad se acelera. Moresby está en el sur y es la capital porque durante la guerra no llegó a ser ocupada por los japoneses que estaban en el norte. El único turismo en la isla son jóvenes australianos que caminan la "Kokoda march", un recuerdo de la ruta por la selva en la guerra de sus abuelos.
En la capital, la calle es un espacio virtual entre barriadas de chabolas que copian la vida de cada tribu y zonas protegidas. Cada cual sabe quienes son los suyos y de que tribu eran los que mataron a su abuelo, mientras siguen peleando.
Es tierra de mineros, mercenarios y misioneros y me alojo en albergues de organizaciones religiosas porque si hay algún hotel es demasiado caro. La Country Women Association nació para mejorar la situación de las mujeres pero de eso ahora se ocupa el gobierno con donaciones internacionales, así que se han reconvertido en hostal y ayudan a asociaciones de discapacidad. También alquilan espacio a organizaciones protestantes y asisto a canciones y discursos de pastores y fieles. Me gusta pero no los entiendo porque hablan en tok pisin, una lengua pidgin que es el idioma oficial y mezcla lenguas locales con inglés.
Mac insiste en acompañarme porque dice que la ciudad es muy peligrosa y en cada sitio encontramos alguien de su tribu. El Museo está cerrado desde el año pasado y nadie sabe cuando abrirá, pero el Parlamento está cerca. Hoy no hay parlamentarios porque se ha muerto un gobernador de provincia y todos han ido al entierro. Mac consigue la llave y visitamos la gran sala vacía donde se reúnen los 111 diputados. Se hablan 800 lenguas, hay 20 partidos políticos con conflictos antiguos y nuevos, nada es fácil. Las Naciones Unidas, con Australia como gendarme, han intervenido ya dos veces desde la independencia.
El Jardín Botánico es excepcional. No es época de orquídeas pero nos acompañan aves del paraíso, canguros arborícolas, equina, kookaburra, casovares, mamíferos que ponen huevos. Animales que se desarrollaron al margen de los otros continentes en el ritmo de glaciaciones y movimientos de placas terrestres.
El periódico explica que los Amari y los Atzera se han enfrentado por culpa del alcohol y la falta de respeto a la ley. Han muerto 10 amari y el gobierno regional pagará a cada familia 1500$, un cerdo y 20 kg de arroz como acuerdo para detener el conflicto.
La única carretera de PNG es la que une Goroka y Hagen, las dos capitales de las tierras altas y he de llegar en avioneta. El aeropuerto es el centro del pueblo y Goroka es todo lo que le rodea. Me alojo en la Lutheran House y me organizo la ruta para llegar al Mount Wilhelm, la montaña más alta de Oceanía con  4.500 metros. En la sede de Oxfam, Mick me explica que sus proyectos más importantes son de soporte alimenticio por la sequía que ha creado El Niño y que allí trabajan 48 locales y dos expatriados con financiación que viene de Australia y New Zealand.
El PMV, public motor vehicle, hasta Kundiawa sale de un caótico mercado. Con 20 personas ya está lleno pero sigue buscando pasajeros hasta llegar a 35. La mitad de la ruta está asfaltada, pero es peor porque los baches son más profundos. Las últimas 3 horas antes de la noche son para llegar a Kegsugl en la carga de un camión con tramos a pie por el mal estado de la ruta. Ideal para admirar fabulosas vistas y barrancos.
Kegsugl tiene una escuela de 800 alumnos que vienen de los valles cercanos. El antiguo aeropuerto se usa para cultivar y en mi guesthouse hay un grupo de investigadores de universidades de Papua, Chequia e Inglaterra que estudian la influencia de la altitud en pájaros, insectos y parásitos de los cultivos. Billy de una universidad de PNG me habla de la persecución de los papúes en la parte indonesia de la isla, tras la montaña. Tienen la mayor mina de oro del mundo, el ejército la controla y la población se queda con los perjuicios ambientales.
Boni me cobrará 50$ por subir al Wilhelm y tardaremos dos días. Compramos cassava, arroz, sweet potatoes y latas de atún. Suficiente para un festín y empezamos a caminar. En un lago encontramos tres jóvenes papúes, uno ha conseguido beca y estudia medicina en Pekín. Boni es Wandike, su lengua es Kuma y con los jóvenes se entiende en pidgin. Consigue encender fuego con leña mojada y la cena es estupenda. A las 3 de la mañana nos dirigimos a la cima y con el frío y la altitud nos abandonan dos de los jóvenes. Cruzamos las piedras que entierran a un montañero, la placa que recuerda a un desaparecido y los restos de un avión de la guerra. Con la salida del sol la temperatura sube de 0º y después de una corta trepada por roca llegamos a la cima antes de una lluvia que ya no nos abandona.
En Goroka me encuentro con Urs, un suizo profesor de educación especial y organizador de festivales musicales que lleva un año recorriendo el mundo en su moto. Como New Guinea no tiene carreteras, la moto la lleva un carguero de Timor a Australia. Urs viene del río Sepik y intercambiamos información con cerveza en un prado con el pomposo nombre de "Goroka Bowling Club". Nos lo explica Matías que era maestro y cuando la independencia se hizo magistrado hasta su jubilación. Es una buena idea que los jueces sean maestros en vez de abogados.

Tanbanum, casa sobre agua, barro o tierra según estación.
Sepik y las tierras bajas.
La pista a Madang son seis horas atravesando ríos y barrancos hasta antiguas plantaciones de copra y coco abandonadas cuando acabó la colonización alemana. En las tierras altas se produce marihuana y en las bajas betel. Está prohibido fumar marihuana y escupir betel pero todos lo hacen. La ruta era peligrosa por el comercio en las dos direcciones y tiene varios controles militares.
En PNG, las iglesias son los edificios mejor conservados. Hay muchas y quieren sustituir a la tribu como aglutinante. En Filipinas se intenta que ser ciudadano sustituya la pertenencia a alguna iglesia porque sino las elecciones serían una broma.
El centro de un pueblo es un solar vacío que hace de mercado y el centro de una ciudad media son los almacenes donde comerciantes chinos venden ropa, herramientas y paneles solares. Los únicos blancos ocasionales son misioneros que los quieren convertir o antropólogos que los quieren estudiar.
El río Sepik desemboca en un laberinto de canales que solo se puede atravesar por mar en bote o en avioneta. En mi vuelo a Wewak una misionera canadiense me explica que en Angoram, mi primer pueblo en el río, hay diecisiete denominaciones religiosas y ninguna tienda. Ella se encarga de la logística de su grupo pero ha llevado a su hija al médico en Canadá porque no se fía.
En PNG hay 2000 pistas posibles para aterrizaje de avionetas y los grupos religiosos reciben ayuda del cielo porque comparten el uso de avionetas charter de una compañía común, MAF, Mission Aviation Fellowship.
Wewak es mi último contacto con un lugar de este siglo y comparto cena en portugués con Alexandra. Es brasilera, judía, australiana y una lingüista famosa. Ahora estudia a los Iamutl que viven en el Sepik central y acaba de volver. Me explica que las 800 lenguas de la isla se agrupan en algunas decenas de familias lingüísticas que han sido muy estables en 10.000 años porqué ninguna tribu dominaba. Todos los idiomas de Europa se agrupan en sólo tres familias.
La camioneta a Angoram va llena porque todos llevan mucha carga. Siete horas y dos pinchazos para recorrer 100 kilómetros de selva hasta el gran río. Me han aconsejado dormir en alguna cabaña del terreno de Cletus Smack pero se ha muerto y lo han enterrado en el jardín. Su hijo Jeffrey es un desastre y con sus 140 kilos duerme la borrachera. La primera mujer le dejó y la segunda me da agua caliente para que me prepare arroz y café. El segundo día he apalabrado una canoa y comprado gasolina. El Sepik es uno de los grandes ríos, como el Amazonas, Nilo o Congo, pero no hay navegación regular y cuando empiezo a navegar suben seis polizones que esperaban hace una semana a que saliera algún bote río arriba. En tres horas sólo vemos una estación en que chinos cargan grandes troncos de árbol.
Mi destino es Tanbanum, que son unos centenares de cabañas edificadas sobre troncos y sólo están en tierra firme las más alejadas del río. A las otras y también a la escuela de la zona, se va en canoa. La escuela está al otro lado del río y el barro no deja que los niños lleguen desde la canoa así que la escuela está cerrada por barro hasta la semana próxima.

Haus Tambaran. Hombres y dioses se reunen para hablar de lo divino y lo humano.

Las espectaculares figuras de madera tallada de los edificios comunitarios de los poblados del río están en todos los grandes museos del mundo y los locales no tienen problema en venderlas y hacer otras. No falta madera y en las casas se vive en una gran plataforma sobre pilonas. En la casa de Edward y Jacinta instalo mi mosquitera y veo que uno de los niños es sordo. Con mímica y algún signo nos comunicamos y los otros críos se apuntan.  Jacinta cocina en la plataforma y Edward me explica que en la época húmeda comen peces y segú, una pasta del corazón de un tipo de palmera. Con agua se disuelve la parte comestible y ya seca se cuece en brasas envuelta en hoja de palma o se fríe en pulpa de coco. Está rica y es lo único que hay.
Viene poca gente, hace un año los últimos fueron unos italianos pero no se quedaron a dormir, fue una lástima.
De vuelta en Angoram, los camiones que van a Wewak marchan de noche para llegar al mercado en la madrugada, pero todos están llenos o no se atreven a llevar a un blanco de noche por la selva. Entretengo el tiempo viendo el movimiento de la Cruz del Sur en el cielo austral. Resignado busco una cabaña vacía y en mi mosquitera espero la salida del sol.
La actividad se inicia con la entrada de niños uniformados en el colegio y una camioneta me deja subir entre sacos de carga. En Wewak vuelvo a mi siglo, Alexandra ya no está en la guesthouse y el gerente filipino del hotel me ofrece un buen precio. Regreso al mundo de los blancos y coincido con soldados australianos. Tienen algo que ver con la cercana isla de Manus en la que Australia paga a PNG para que mantenga encerrados a los refugiados pobres. Según la justicia australiana es ilegal y Europa hace lo mismo con Turquía.
De vuelta a Port Moresby, Peter me explica que su tribu es de las tierras altas y la fundó el único superviviente de una lucha tribal. Antes de venir a la ciudad Peter participó en una batalla, murieron siete de los otros y cinco de los suyos. Tiene el cuerpo aquí y la cabeza allá.
Me despido con nostalgia del país más desconocido y antiguo del mundo. Hay un vuelo cada dos días a Honiara y como los antiguos melanesios, mi ruta sigue al este, hacia las islas Solomon.

Los niños saben donde en que parte del rio Sepik no hay serpientes ni cocodrilos
Islas Solomon
Un marino español del siglo XVI encontró una pepita de oro en una isla del Pacífico y creyó que eran las minas del Rey Salomón. Otro marino era de un pueblo de Sevilla que se llamaba Guadalcanal, dió el nombre a la isla y sin saberlo, también a una batalla de la Guerra Mundial. Ahora las Islas Solomon son un estado en un arco de 1.600 km, 900 islas y 70 idiomas.
También estuvo allí Corto Maltés en su primer libro, "La Balada del Mar Salado". El río Sepik, Nueva Guinea, las Solomon, el sueño de Manila. Corto Maltés era un marino de historietas y un héroe de verdad, no como Superman o Batman que no son más que un extraterrestre y un banquero. Corto Maltés vivió durante la Primera Guerra Mundial, pero la historia se repitió en la Segunda.
Japón quiso sustituir a los blancos que colonizaban el este de Asia y el Pacífico. El primer paso fue destruir la flota americana en Pearl Harbour y ocupar las colonias francesas, inglesas, americanas y holandesas. La guerra cambió de signo en el Mar del Coral, entre PNG y Solomon, cuando EEUU recuperó su poder tecnológico. Hubo una carnicería cuando se enfrentaron los dos ejércitos en Guadalcanal, murieron muchos y se hundieron 67 barcos. El Hirokawa Maru descansa entre 3 y 55 metros de profundidad y buceé hasta los agujeros que lo hundieron.
Un joven oficial se llamaba John Kennedy y sobrevivió al hundimiento de su patrullera. Llegó a una isla desierta y escribió un mensaje en corteza de coco para ser rescatado. Años más tarde invitó a su toma de posesión como Presidente a los melanesios que le ayudaron, pero nu fueron por miedo a viajar en avión.
En la cercana isla de Savo, los megápodos son grandes pájaros que entierran sus huevos en las arenas calientes del volcán. Los locales los desentierran y venden en el mercado de Honiara. El volcán, el punto más alto de la isla, emite chorros de agua hirviendo y nubes sulfurosas. Es peligroso caer al torrente porque quema. El otro forastero en la isla es un descendiente de esclavos llevados a Australia que viene a ver a la familia que se quedó.
En el camino de selva a las cascadas donde nace el río Mataniko, mi guía me cuenta que en la guerra civil entre tribus murieron cuatro familiares suyos. Desde entonces una fuerza policial del Pacífico, liderada por Australia, ayuda a mantener la paz y no encuentra el momento de marcharse. Los clientes habituales de mi guía son expediciones japonesas y americanas que buscan restos de sus soldados muertos en la guerra.
El bar del puerto y la pensión facilitan conversaciones interesantes. De religión con el arzobispo anglicano de Melanesia, de fútbol con el delegado FIFA de las Islas Solomon, de
 búsquedas y huidas con expatriados británicos.
Siglos antes habían llegado del oeste los mejores navegantes de la historia, los lapita polinesios, contemporáneos de Ulises y Aquiles pero sin Homero para escribir sus gestas. Con el tiempo se mezclaron con los melanesios que llegaron milenios antes pero las rencillas siguen. Los polinesios fueron los primeros en navegar a destinos que no veían y necesitaban orientación en mar abierto durante muchos días siguiendo estrellas, pájaros y corrientes. Sus leyendas indican que cada dos generaciones el hijo menor repetía la gesta, llevando a los suyos en una canoa, hacia una isla siempre más lejana.

Selvas de Guadalcanal  donde se mataron americanos y japoneses ante la sorpresa indígena.
Australia
Vuelvo por Brisbane, la tercera ciudad de Australia que desde allí ejerce su protectorado sobre las frágiles islas del Pacífico. Es una de las ciudades de mayor calidad de vida del mundo en un país en que la hora de trabajo se paga a 25€ frente a los 5€ de España. Es un destino deseado por la juventud europea y del sur de Asia. Unos son bienvenidos y otros no, porque reconocer como reina la de Inglaterra les hace sentirse diferentes.
Un breve viaje al paraíso surfista de Noosa y a la reserva natural de la isla Fraser sin tiempo para ir hasta la Barrera de Coral. Hacia el este quedan muchos mares e islas por descubrir.


Ruta del viaje en el Pacífico Sur y detalle de Papua Niugini.

Detalles del viaje
Viaje en solitario de 21 abril a 8 junio de 2016. Vuelo a Qatar y día completo en Doha. Vuelo a Manila. Hostel en el barrio de Malati, Bus a Baguio, cordillera al norte de Luzón. Bus a Sagada y transporte a Banaue. Dos días de caminata por los poblados y terrazas de arroz con noche en Kambulo. Bus de día completo hasta Manila. Bus y ferry a Puerto Galera en Mindoro. Buses, motos y ferries por las islas de Boracay, Panay, Negros y Cebú. Vuelo de Cebú a Manila. Todo tipo de alojamientos.
Vuelo de Manila a Port Moresby en Papua New Guinea.Vuelo a Goroka en las Highlands. Furgonetas, PMV (Public Motor Vehicles), y camiones hasta Kegsugl. Guía para ascender al Mount Wilhelm y noche en cabaña. PMV a Madang, en la costa norte de la isla y avioneta a Wewak. Camión a Angoram, en el río Sepik. Contratar canoa, conductor y gasolina, caro al no poder compartir. Canoa hasta el poblado Tanbanum en el río central. Regreso a Port Moresby. Guesthouses de organizaciones religiosas. PNG es mucho más caro que Filipinas y fuera de las ciudades no hay tiendas.
Vuelo a Honiara, en la isla de Guadalcanal, Solomon Islands. Inmersión a barcos japoneses hundidos y caminatas a memoriales de la Guerra Mundial. Furgoneta y canoa hasta la isla de Savo. Caminata al volcán. Moto hasta Lelei, caminata con guía local por jungla y montaña a Mataniko Falls. Guesthouse.
Vuelo a Brisbane. Bus público a Noosa y visita a Fraser Island. Vuelo a Barcelona.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada