7 de maig 2020

Irán y Cáucaso. Pan, vino, dioses y velos entre desiertos y montañas. Inviernos de 2014 y 2015

Las mujeres están presentes en todos los aspectos de la vida iraní
En Irán y el Cáucaso se viaja a nuestros orígenes fuera de África, al principio del pan, del vino, de la poesía y de nuestras lenguas. Allí se manifestaron los dioses únicos y empezaron las peleas de sus herederos. Muros detrás de los muros entre montañas y desiertos. Irán, Georgia y Armenia. Comercio y guerras allí donde se cruzan los imperios.


Iran y Cáucaso. Un cruce de culturas pasadas y futuras

Irán. Invierno del 2014.
El avión despega de Istanbul y ninguna mujer lleva velo. Al llegar a Teherán lo llevan todas. NowRuz es el año nuevo iraní, empieza en primavera y en las tiendas se exhiben sugerentes vestidos de fiesta que en la calle se cubrirán con un chador. El velo destaca la nariz y los ojos y Teherán es la capital de la revolución chií y de la cirugía plástica. Los nombres de las calles alternan ayatollah mártires con poetas persas del vino y del amor.
Hay mucha gente en la calle y alguien nos pregunta en correcto inglés. "¿Sois extranjeros?, ¿De Barcelona?, ¿Que pensáis de Irán?"
Seguros de que es un policía secreta que sigue al escaso turismo respondemos con tópicos sobre clima y monumentos. A la tercera persona que nos aborda con preguntas parecidas, cambiamos de estrategia y devolvemos la pregunta. ¿Y a tí que te parece la situación política de Irán?
Las respuestas son un torrente. "Ahmadineyad era un zoquete, espero que Rouhani pueda hacer lo que promete." Unas ganas de hablar de política que recuerdan la España de la transición.
En medio de un caos eficiente, Teherán tiene 15 millones de habitantes y es una de las mayores ciudades del mundo. El metro es insuficiente, la gasolina barata, los coches viejos y atravesar las calles una aventura. Por suerte la mitad de los conductores son mujeres y prudentes. En el vecino y rival saudí, las mujeres no pueden conducir porque lo han dicho unos viejos sabios que lo han leído en libros muy anteriores a los coches.
Las sanciones de Estados Unidos implican que el sistema bancario está desconectado de Occidente. No funcionan tarjetas ni cajeros y un euro se cambia por 40.000 riales. Los precios son ridículos, una cena en el mejor restaurante puede costar 6 euros y para pagar hay que llevar una mochila llena de billetes.
Ropa sexy debajo del chador para la fiesta del NowRuz
Las mujeres han de cubrir su cabello con un velo y la mitad lo hacen de forma rigurosa. La otra mitad desafían la norma con pañuelos coloridos que destapan y sugieren. El chiismo es minoritario en el Islam y ha convertido el disimulo en un arte para sobrevivir. Pasear entre murales de la revolución de los religiosos, del satán norteamericano y de calles con nombre de poetas genera más preguntas que respuestas.
Hay ruido que viene de un edificio con altas paredes y guardianes armados. Preguntamos y nos invitan a entrar en el Centro Armenio. Las mujeres llevan vestidos escotados y sin velo. Hay una boda y nos invitan a vino. Hombres y mujeres, viejos y niños bailan juntos. Es legal porque la Revolución Islámica entiende que el alcohol forma parte de la religión de los armenios y la respeta. En la calle hay que volver al velo.
Las pinturas en los muros de la antigua embajada USA recuerdan el encierro de 52 diplomáticos durante 444 días. La historia moderna de Irán era y es tan convulsa como su historia antigua.
El antiguo Sha había apoyado a Hitler. Los aliados le sustituyeron por su hijo, un playboy, y empezaron a explotar el petróleo. Vendían lujos y armas a un país orgulloso donde la gente vivía en la miseria. La frontera del norte era la Unión Soviética y la CIA y la Savak, la policía política, perseguían a los comunistas. Se equivocaron de enemigo porque al final la revolución la lideraron los clérigos. Estados Unidos la combatió con su agente en Irak que se llamaba Sadam Hussein. Murieron un millón de jóvenes. Ahora las contradicciones y mentiras de George Bush han convertido a Irak en aliado de Irán. El recuerdo de esa guerra sigue con inmensos retratos de los mártires muertos y resentimiento con el Gran Satán.
La sociedad iraní es culta y se nota bajo el oscuro disfraz religioso. Una película iraní "Una separación", ha ganado el óscar a la mejor producción extranjera. Aires del cine de Bardem de los años 70. En el instituto iraní del cine hay animadas tertulias sobre cine y música. La religión prohíbe música interpretada por mujeres pero es la que se hace.
Una ciudad de contrastes. El Museo de Arte Contemporáneo tiene una de las mejores colecciones del mundo. Tres mil cuadros de valor incalculable comprados durante la borrachera del petróleo caro de la década de los 70. Como no es del gusto de los ayatollahs sólo se puede consultar el catálogo pero los artistas locales han encontrado la manera de expresar las inquietudes de su generación dentro del corsé militante del arte oficial.
Los montes Alborz separan Teherán del mar Caspio y el metro lleva hasta un teleférico que asciende a una de las estaciones de esquí más altas del mundo. Las jóvenes aprovechan la falta de control en la nieve para olvidar los velos, justo cuando el frío y los rayos ultravioleta los harían más útiles. Fuerapistas, una caminata por la nieve lleva a la cima del Tochal, a casi 4.000 metros y un descenso por las gargantas y ríos que desembocan en la ciudad entre terrazas de bares y restaurante del barrio popular de Darband. Es viernes, festivo en el islam, y las plantas y gente paseando anuncian primavera.


Isphahan. La mejor arquitectura de la ruta de la seda.
Isfahan está a siete horas y cinco euros en autobús. Es la segunda ciudad y el primer destino turístico de Irán. Cuando todo se normalice, lo será también del mundo. La arquitectura es la gran aportación artísticas de Persia y las mezquitas, bazares y madrasas que rodean la plaza Naqsh-e Jahan transportan a la Ruta de la Seda. La decoración con azulejos vidriados y decoraciones caligráficas y florales se extendió hasta Samarcanda y Delhi.
En el hotel, Ali se queja al recepcionista que Facebook no funciona. Los dos son chiíes pero Ali es iraquí, habla árabe en lugar de persa y se han de entender en inglés. Le explico que en Irán, Facebook está bloqueado y me explica que ha viajado con su esposa Fátima a la ciudad de Mashad, donde está enterrado el octavo imam, para rezarle por un futuro hijo.
Isfahan es un oasis al pie de los montes Zagros. Los ríos son torrentes ocasionales y el agua, cuando viene, se guarda cuidadosamente. Un puente sin agua nos lleva al barrio armenio y a su iglesia. Irán es tolerante con las religiones del libro y en el bazar un anciano con kippa vendía objetos con escrituras hebreas.


Desiertos de Yazd. El primer Díos único le habló a Zaratustra.
La ruta hacia el este nos lleva a una ciudad fascinante. Yazd está entre dos desiertos y es una de las ciudades más antiguas del mundo. Su centro es un laberinto de casas de adobe. En el desierto no hay agua, las noches son gélidas y los días abrasadores pero no hay límites al ingenio. Desde las montañas cercanas se excavaron galerías profundas para hacer fluir el agua. En persa, son los Qanat, de donde deriva la palabra y técnica de los canales. Para el calor, las casas tiene torres de adobe, los "baghdirs", que provocan una corriente ascendente de aire frío sobre una pequeña piscina, aire acondicionado ecológico.
Zoroastro, casi 1000 años antes de Abraham, predicó una religión basada en las revelaciones de un Dios único que escribió en un libro sagrado. Incluía una resurrección del espíritu después de la muerte, un bien y un mal expresado en los actos humanos y unos ángeles y demonios. Durante su cautiverio en Babilonia, los judíos copiaron esas ideas. Después siguieron los cristianos, el Islam, Superman y los Jedi.
Al cuerpo después de la muerte no le daban importancia y se dejaba para las aves carroñeras. Este monoteísmo precursor ha continuado en los parsis que a la llegada del Islam emigraron a la India donde son una influyente minoría. Su casta sacerdotal era la élite del imperio persa y se les llamaba magos. Tres de ellos siguiendo una estrella, traen cada año regalos a los niños de España.
El desierto en los alrededores de Yazd es un espacio mágico. Los dioses siempre se dan a conocer en climas que producen alucinaciones y en las cuevas de Chak Chak se guarda el fuego sagrado desde que estuvo Zoroastro. En otro límite con el desierto está la fortaleza de Meybod, de la época sasánida y quizá el edificio de adobe más antiguo del mundo.
El orgullo de Irán son tres imperios. Los aqueménidas, con Ciro y Darío, que lucharon contra los griegos y fueron derrotados por Alejandro. Los sasánidas, que sucedieron al helenismo y a los romanos y fueron derrotados por los árabes. Los safávidas que dominaron el comercio en la ruta de la seda y vivieron la decadencia cuando el comercio se trasladó al Atlántico. Al resto, los ven como extranjeros de paso.
Saryazd es otro límite con el desierto y una etapa importante de las caravanas de la seda. Cada 30 kilómetros había algún caravanserai, recintos protegidos para dormir. El de Saryazd es una fortificación y somos los únicos huéspedes. Nos dan la llave de la enorme puerta de la muralla y una bandeja con comida y nos quedamos solos. Por la noche algunos niños curiosos del pueblo cercano saltan el muro e improvisamos juegos y comunicación básica. Los muros son para saltarlos.
Entre Yazd y Shiraz hay 450 kilómetros a través de montañas áridas donde el Mundo tuvo su capital. Mohammed nos lleva en su coche for 70€ que no incluyen dar la mano a Conxita porque su variante del islam le impide tocar a una mujer desconocida. En la ruta compramos pan en los hornos en que se coció el trigo por primera vez y nos detenemos en las ruinas de Pasargada. La tumba de Ciro sobrevivió a la invasión árabe porque la confundieron con la de Salomón, un profeta. Allí se encontró el cilindro de piedra en que Ciro, después de conquistar Babilonia daba la libertad a los judíos y a otros pueblos cautivos. Robado por los ingleses y llevado al Museo Británico, lo citó como un precedente de la Declaración de Derechos Humanos, la juez iraní Shirin Ebadi al recibir el Premio Nobel de la Paz.
La historia reciente sigue presente en la región.
Persépolis era la capital imperial cuando llegaron Alejandro y los suyos. Años de incendio, decadencia y robos de museos occidentales dejaron poco, pero el Sha quiso reivindicarse como heredero de tantas glorias y organizó una fiesta invitando a las élites occidentales. Cada invitado tenía una tienda de campaña con baños de mármol y la comida se traía en avión diariamente de Maxim's en París. Fue demasiado para los empobrecidos iraníes y a los pocos años la revolución acabó con su régimen. Las ruinas modernas junto a las ruinas antiguas lo recuerdan.
Shiraz ha sido durante siglos la capital cultural de Persia. De los poetas y del vino. Todos los iraníes recitan los poemas de Hafez, Sa'di y Rumi. Omar Khayyam y Ferdowsi destacaban en matemáticas y épica. Se dice que la variedad Shiraz es la uva más antigua en el vino, aunque el rigor del Islam actual la ha hecho desaparecer de Irán.
En la tumba de Hafez, en Shiraz, se recitan sus versos.
"Llena, llena la copa con vino espumoso,
déjame beber a fondo el jugo divino,
para calmar mi corazón torturado;
Porque el amor que parecía tan suave,
tranquilo y sonreía alegre,
ha clavado profundo sus dardos."
Es viernes y hay actividad en la mezquita. Conxita ha de ir a la zona de mujeres y yo a la de hombres. Alguien me pregunta si soy musulmán y le explico que me eduqué en la cultura cristiana. Me invita a te y charlamos. Dentro de la mezquita hay quien echa la siesta, juega con su teléfono, reza o charla. Después Conxita me explica que las mujeres conversaban más.
El regreso a Teherán es en un moderno tren de estilo chino. Discreta vigilancia y ningún turista. La estación es estratégica y un policía secreta me pide que borre las fotos. Interesantes conversaciones con nuestros compañeros de cabina, unos jóvenes ingenieros que volvían de trabajar. Crece el comercio entre Asia y Europa. China de nuevo es el referente y Persia está en medio. La llave de la Ruta de la Seda.

Cáucaso. Invierno 2015.

Madona es catalana, georgiana y sorda. Es amiga de nuestra hija y una gran persona. Vive una temporada en Tbilisi, la capital de Georgia. Trabaja por la mañana, cuida a su abuela, ayuda en la escuela de sordos en que estudió y organiza a los jóvenes. Encuentra tiempo para guiarnos por Old Tbilisi, una de las joyas turísticas del joven país y de la antigua Unión Soviética,
Baños turcos y barrios armenios o judíos. Restos persas y zoroastrianos. Es domingo y las iglesias están llenas pero los que siguen a los patriarcas armenio o católico no son bienvenidos. La música sigue reglas pitagóricas y no utiliza las claves occidentales, pero la cantan y bailan en bares y restaurantes. La mujer es independiente, con más tradición soviética que islámica.
En el sur de Georgia se han encontrado los restos de homínidos más antiguos fuera de África, sapiens de 200.000 años y pepitas de uva de hace seis mil, quizá restos de la primera fermentación de vino. 
La nueva Georgia intentó absorber las repúblicas semiautónomas de Osetia del Sur y Abjasia y perdió las guerras breves contra Rusia. El desfiladero del Pankisi, al este, reproducía los conflictos de Chechenia y fue tierra de secuestros y bandidos. Los conflictos están congelados esperando que el tiempo los resuelva en una tierra milenaria . De momento, los nuevos amigos, la Unión Europea y la OTAN, han pagad edificios excesivos destinados a ser ministerios pero Georgia ha perdido el turismo ruso y el mercado para sus vinos. Era la república más envidiada de la URSS y ahora no la aceptan en Europa. Cola de león o cabeza de ratón.
La antigua carretera militar que atraviesa el Cáucaso y comunica con Rusia atraviesa un collado de 2500 metros y está llena de nieve y camiones. Son rusos y armenios porque su vía de comercio atraviesa Georgia. Pasada una estación de esquí se llega a Kazbegi y a la frontera con Rusia. El Kazbeg, uno de los picos más altos del Cáucaso, está en frente y caminando por la nieve empezamos su ruta hasta el monasterio de Gergeti. No es época para ir más lejos y no es conveniente perderse, los valles vecinos de Osetia y Pankisi son muy inseguros.
Pero el gran peligro son los accidentes. La carretera de vuelta ha estado cerrada todo el día y conseguimos volver con la última marshrutka. El conductor enloquece por la prisa entre precipicios, hielo y camiones parados. Sería más seguro volver por un valle en manos de una irreal república autónoma o de un grupo de bandidos.
Madona nos lleva a ver la "Crónica de Georgia". Toda nueva nación reescribe su historia y en ello gasta el dinero necesario para otras cosas. Se entiende con el taxista en lengua de signos rusa y nos explica que el signo de "España" son dos lágrimas. Cuando la Guerra Civil, huérfanos republicanos recibieron asilo en Rusia. Los niños lloraban recordando a sus padres. Historia.
En las montañas y desiertos se dan bien las religiones y David Gareja es un conjunto de 12 monasterios en la frontera. Algunos ya en Azerbaiyán. A los soldados no les importa que atravesemos la frontera por caminos y sin visado para visitarlos, pero a los monjes no les gusta.
Viaje a Batumi, hasta el mar Negro con una playa nevada. La ruta atraviesa la divisoria de aguas entre los mares Negro y Caspio. Es un valle fértil que se puede recorrer en matrushka y, mucho mejor, en tren. Era el camino más fácil de Occidente a Oriente, de Asia a Europa. Por eso era importante Georgia. A Batumi, Jasón y sus Argonautas fueron a buscar el vellocino de oro y Jasón se enamoró de la bruja Medea. Cuando la traicionó, la venganza de Medea fue terrible, pero dio nombre a la ciencia de la "medicina".
Ali era musulmán de Azerbaiyán y Nino cristiana de Georgia. Vivían su amor en el caos del Cáucaso de principio del siglo XX. Él con la nostalgia guerrera de sus ancestros y ella con el sueño sofisticado de una Europa que se hundía. Un buen libro, una película y una estatua móvil en el puerto de Batumi en que los dos amantes se entrelazan sin cesar. Frente al mar Negro y muy cerca de Turquía y Rusia.
El georgiano más famoso es Stalin. Un joven idealista que se escapó del seminario y participó en la revolución rusa. A la muerte de Lenin, su brutalidad le impuso a sus rivales. Se consolidó con purgas constantes y en Rusia se le recuerda como el líder que les llevó a la victoria en la Segunda Guerra Mundial. Gori, a pocos kilómetros de Tbilisi, es la única ciudad del mundo con plaza, estatua y museo dedicados a Stalin. Nació allí y después de la denuncia por Kruschev de sus crímenes, se consideró derrocarlos, pero ahora son la única atracción del pueblo. Comprar merchandising stalinista y visitar el austero vagón de tren, con bañera y lavabo incluidos, con el que Stalin se movía por el inmenso imperio entre guerras y revoluciones.
En Gori nació Stalin. El tren en que recorría terror, guerras y revoluciones.
El viaje continúa a la vecina Armenia. Dicen que son los descendientes de un nieto de Noé. Los georgianos dicen que son descendientes de otro nieto, que toda la familia bajó del Arca que los salvó del Diluvio cuando encalló en el monte Ararat, que allí se inventó el vino y que Noé se emborrachó y violó a una de sus hijas.
La marshrutka, los minibuses de la época soviética, sigue la garganta del río Debed hasta llegar a Alaverdi. El primer pueblo armenio según se viene de Georgia. La mina y la refinería de cobre se han agotado y el poblado minero está en lo alto del acantilado. Cuando la Unión Soviética, se llegaba en un teleférico pero ya no funciona. En el poblado había un hotel de 15 plantas que están saqueadas. En un invierno frío alguien arrancó hasta las maderas del suelo para calentarse. Después se arreglaron unas habitaciones en la planta seis y allí dormimos. Somos los dos únicos residentes en el gigantesco edificio fantasma. Una botella de vino, pan y queso comprados en la única tienda de la calle son una gran cena. Un tipo con chupa de cuero y apariencia mafiosa vigila la puerta del edificio, pero esa es la moda del Cáucaso. Todos tienen la misma pinta y en el edificio sólo tienen valor las cosas de nuestra planta.
De Alaverdi eran los dos hermanos Mikoyan. Anastas fue revolucionario bolchevique, Presidente de la URSS y superviviente a todas las purgas, también a las del georgiano Stalin. Artem era ingeniero aeronáutico y la M de los aviones MIG. Los armenios tienen fama de listos y buenos negociantes.
Un paseo por el bosque y la nieve lleva al monasterio de Sanahin. Armenia fue el primer reino que dijo que Jesucristo era Dios, pero sólo le reconoce persona divina. Los georgianos y los romanos también le reconocen persona humana y por eso son herejes. Para que se entienda, sobre las cruces armenias no se pone el cuerpo de Jesucristo. Pero el escultor de Sanahin no lo había entendido y esculpió la única cruz que hay en el país con el cuerpo de Jesús clavado. De eso hace muchos años y ahora va poca gente, pero en invierno y con nieve, no va nadie.
Cuando la Primera Guerra Mundial destrozó el desorden del Cáucaso, la joven Unión de Repúblicas Socialistas intentó poner orden. No era fácil. Lo intentaron con tres repúblicas federadas y una era Armenia. Además siete repúblicas autónomas, como Karabagh. Y para completar los huecos del puzle, cuatro regiones autónomas, como Osetia del Sur. Cada nivel con menos competencias que el anterior. Todo bajo el manto benévolo de la URSS y según criterios de lengua y religión.
La historia había de adaptarse a las necesidades del futuro. Se pasaba de puntillas sobre el Genocidio Armenio a manos de la República Turca para mantener la convivencia entre repúblicas. Ahora con la desaparición de la URSS, las nuevas naciones recuperan antiguos agravios. Armenia es el único país aliado a la vez de EEUU, Irán y Rusia. Pero sus rivales son Turquía y Azerbaiyán.


Tatev, la iglesia antigua que mantiene el presente de la cultura armenia.
La montaña sagrada de Armenia es el Ararat porque allí amarró el barco de Noe, pero ahora está dentro de Turquía y a pocos kilómetros de Ereván, la capital armenia. El día es muy claro y al atardecer, la sombra del Ararat cae sobre la casa de un armenio famoso, el cantante Charles Aznavour. Hay 3 millones de armenios en Armenia y 11 en la diáspora. En Buenos Aires hay 7 escuelas armenias y en Los Angeles es uno de los idiomas oficiales en la escuela pública.
Armenia tenía un territorio mayor, pero midió mal su fuerza contra bizantinos, persas y turcos. Fue el primer país que convirtió al cristianismo en religión oficial y la iglesia y la escritura han impedido que desapareciera. El pasado y el presente se funden en las ruinas milenarias del reino de Urartu, romanas de Garni, monasterios como Tatev, al que se llega por el teleférico más largo del mundo, o la destilería del cognac Ararat, proveedor del zar, Stalin y Churchill, y único autorizado a utilizar la denominación de origen fuera de la región francesa.
Areni es un pueblo al pie del Ararat donde se han excavado las más antiguas ánforas de vino. Quizá allí empezó su elaboración. En la carretera discretos puestos venden a los camioneros botellas de CocaCola de dos litros con vino camuflado. La carretera bordea caminos de montaña cerrados que llevarían a Turquía o Azerbaiyán. La única frontera abierta es con Irán, donde el alcohol está prohibido pero no la CocaCola.


Armenios ricos que son oligarcas rusos o magnates californianos pagan bodas en Nagorno Karabakh

Horas más tarde se llega a un fin del mundo. El no-país de Nagorno-Karabagh. Era un enclave en que vivían 200.000 armenios en territorio montañoso rodeado por regiones azeríes. Al hundirse la URSS y emerger los antiguos nacionalismos, empezaron las matanzas entre vecinos. NK se proclamó independiente de Azerbaiyán y empezó una guerra a la que se apuntaron héroes armenios nacidos en California. Ganó Armenia y como la anexión no ha sido reconocida, NK se proclama estado independiente. Se llega a la capital Stepanakert por valles desiertos con restos de la guerra y redes de alambres entre colinas para impedir el vuelo de helicópteros. Es una guerra latente. No hace falta visado para entrar, pero si para salir. Un fantasmagórico Ministerio de Exteriores lo emite en hoja independiente para no tener problemas en países amigos de Turquía. Los gastos los pagan millonarios de la diáspora armenia que incluye oligarcas rusos y magnates californianos. También financian bodas y nacimientos para intentar que se quede alguien en este lugar con pasado y sin futuro. Nuestro chofer, Artak, ha vivido en Australia, no tiene simpatía por los turcos y sitúa las fronteras de la Gran Armenia muy lejos.
Para volver de Armenia a Georgia aprovechamos lo que queda de la red ferroviaria soviética. Una inmensa y vacía estación en Ereván con un tren cada dos días. Un tren de la época heroica con tres vagones. Un vagón entero para nosotros y un único compartimento ocupado en el vagón siguiente. Me indican que no soy bienvenido y vuelvo a mi litera. Mapas que describen la red de Leningrado a Vladivostok. A les 3 de la mañana la policía armenia estudia nuestros pasaportes durante 10 minutos. A las 4 lo hace la policía georgiana durante media hora. Métodos antiguos para muros y fronteras nuevas.


Detalles del viaje

Irán. Este capítulo incluye dos viajes con Conxita. Un primer viaje la última semana de febrero y la primera de marzo de 2014, con vuelo de Istanbul a Teherán, bus a Isfahan y a Yazd. Taxistas locales a Chak Chak, Kharanaq, Meybod y noche en el antiguo caravanserai de  Shariazd. Chofer local a Pasargada, Naqsh-e Rostam, Persépolis y Shiraz. Tren nocturno de Shiraz a Teherán y últimos días incluyendo teleférico y caminata al Tochal y paseo por el barrio de Darband. Sin problemas para alojamiento sobre la marcha pero durante fiestas como NowRuz, el año nuevo persa que coincide con el inicio de la primavera, sería imposible. Llevar dinero en efectivo porque Irán está desconectado del sistema bancario occidental por las sanciones económicas y los cambios de divisa se hacen en la calle.

Cáucaso. El siguiente viaje fue la última semana de febrero y primera de marzo de 2015 a Georgia y Armenia. Vuelo Istanbul- Tbilisi, minibús local a Kazbegi, en el Gran Cáucaso y frontera con Osetia del Norte y Rusia. Bus a Alaverdi, ya en Armenia, taxi a la ciudad minera, visita al monasterio de Sanahin y bus a Erevan. Chofer local para visitar en dos días los monasterios de Geghard, Noravank y Tatev, los restos romanos de Garni y las excavaciones y bodegas de Areni. Dormir en Goris, antes de la frontera con Nagorno Karabaj. Atravesar la zona ocupada después de la guerra, Stepanakert, capital de NK y monasterio de Gandzasar. Vuelta a Erevan. Bus local a Erebuni, sede del Catholikos de la iglesia armenia. Tren nocturno a Tbilisi. Chofer local a los monasterios de David Gareja en la zona montañosa fronteriza con Azerbaijan. Bus local a Batumi, en el mar Negro y regreso en tren. Taxi local a Gori, pueblo natal de Stalin, en la frontera con Osetia del Sur, y al monasterio y fortaleza de Jvari. Regreso a Barcelona.

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