10 de maig 2020

Venezuela, Colombia y Ecuador. Revoluciones, contrabandos y bellezas. Primavera de 2015

Hugo, José, Simón, Fidel y Ernesto jugando dominó en alguna ciudad del sur.
Las cicatrices de Medellín.
Dos pandilleros se pasean por el hostal de Medellín. Por la noche, en el jardín, se juntan a la tertulia y Francisco me los presenta. Peter sólo habla sueco e inglés y se ha tatuado el mapa de Colombia. Diego sólo habla español, tiene 24 años y un hijo de 7. Peter es más corpulento que Diego y es su hermano mayor. Se conocieron hace 3 días.
Cuando Francisco tenía 20 años, Medellín era la peor ciudad del mundo. Sus padres le alejaron de la violencia política y del narco enviándole a estudiar a Europa. En la tertulia del hostal habla islandés con Loki porque en Europa tuvo una novia islandesa que fue su diccionario con pelo largo.
Hace unos días, Francisco conoció a Peter y a su hermana que buscaban a su madre biológica. Sus padres suecos les habían adoptado y les animaban a descubrir sus orígenes. Los contactos de Francisco funcionaron y localizaron a la madre en Santo Domingo, un Barrio Nivel 1. Se llega en teleférico y es el más peligroso. Les acompañó y les hizo esperar en la calle. Entró en la chabola y preguntó a la señora si quería ver a sus hijos. Después traducía del inglés al castellano y lloraba. Peter y su hermana se han quedado en el Barrio hasta la vuelta a Goteborg. También han conocido a sus hermanos pero su madre no les ha hablado del padre.
El grupo sigue la ronda de bares por Medellín, Peter y yo pagamos el ron porque venimos de países ricos. En Medellín sigue prohibido ir dos en moto si el acompañante es un hombre porque podría ser un sicario. En moto pueden ir tres o más, pero dos sólo si el acompañante es mujer.


Demasiado ambiente en las calles de Caracas
Venezuela. Primavera 2015
El viaje por los países del norte de los Andes empezó en Caracas y acabará en Quito. Simón Bolívar soñaba con una Gran Colombia que incluyera Venezuela, Colombia y Ecuador pero no pudo ser. España no dejaba comerciar a sus colonias entre si. Todo debía pasar por Sevilla y Madrid y cuando se independizaron no había lazos comerciales. Las élites criollas mantuvieron las antiguas Capitanías y Audiencias como nuevos países con rencillas antiguas.
Los españoles también habían sustituido a la administración inca y la adaptaron para organizar la extracción de metales. En Venezuela no había plata ni ciudades indígenas así que fue un destino de segunda. En 1910 era el país más pobre de Latinoamérica, cuando se descubrió petróleo. Entonces fue el más rico y cuando el petróleo se disparó por las crisis de los años 70, la élite enloqueció y se convirtió en el país más rico, violento y desigual del mundo. Querer arreglarlo con subvenciones disparó la corrupción y arruinó la producción local.
Todos los presidentes eran blancos pero sólo lo era un quinto de la población. Hugo Chávez tenía orígenes indios, africanos y europeos. Como la mayoría, como Evo Morales o Lula. Con el petróleo por las nubes y los mercados abiertos puso en marcha políticas sociales que abrieron las puertas a los perdedores de siempre.
Ahora Venezuela vive una enorme crisis social, política y económica. Mi familia lejana en Caracas me explica los vaivenes de una vida de clase media a lo largo de tres generaciones. Los buenos momentos, la nostalgia, la dificultad de la vida actual y los sueños futuros. Abrazos y lazos compartidos.
No se roba a los turistas porque no los hay y discretamente me sumergí entre los 7 millones de caraqueños. Hay cuatro paradas de metro desde el exclusivo barrio de Altamira, con entrada a los bosques y montañas del monte Ávila, que separa Caracas del Caribe, hasta el inmenso, violento y pobre barrio de Petare. De los barrios del centro, Chacao, Chacaíto, Sabana Grande, voy andando al Parque Central y las tenebrosas y desiertas torres que fueron las más altas de Sudamérica. Un teleférico sube a San Andrés, otro barrio complicado. Me veo sumergido en una manifestación chavista frente al mausoleo de Simón Bolívar y vuelvo en metro con un grupo de chicas soldado que se arreglan las uñas. Venezuela encabeza las listas de violencia y de bellezas. En el país de la Revolución Bolivariana el primer negocio son los salones de belleza.
Leo dos periódicos, "El Correo del Orinoco" y "El Nacional", a favor y en contra del gobierno, comparten agresividad y lenguaje florido. Me despido de Ewa, la polaca que llegó para casarse con un venezolano. He alquilado una habitación en su apartamento y devuelvo las cuatro llaves del fortín en que lo ha convertido. Ocho horas de bus y aire acondicionado hasta Ciudad Bolívar. Una gélida noche tropical a la capital del Orinoco que es el cuarto río más caudaloso del mundo.
La Posada Don Carlos es un encantador edificio colonial en la parte antigua de la que fue primera capital de la independencia. Consigo organizarme las próximas dos semanas. Avioneta a Canaima y Salto Angel, bote al Delta del Orinoco, bus y ascensión al Tepui Roraima. Tres confines de nuestro mundo.

Hermosa, prehistórica y carnívora. El pasado sobrevive en los Tepuis.
El Escudo Guyanés es de lo más antiguo de la Tierra. De cuando África y Sudamérica estaban unidas. Hace 200 millones de años se separaron y apareció el Océano Atlántico, el Escudo se elevó y conservó las mismas plantas y animales que quedaron en África. La erosión disolvió las tierras blandas y aparecieron los Tepui, la casa de los dioses en el idioma de los indios pemón. Son enormes mesetas que se elevan 1.000 metros sobre la Gran Sabana y conservan aislado su mundo original. Hay un centenar de tepuis que inspiraron a Conan Doyle, el padre de Sherlock Holmes, su novela "El Mundo Perdido" y después la serie de "Jurassic Park".
La avioneta de Jimmie Angel se conserva en el pequeño aeropuerto de Ciudad Bolívar. Angel era un aventurero que volaba y transportaba a quien pagara bien. Félix Cardona era un marino catalán, era su amigo y se movía en la selva con la orientación de un navegante. Llegó al Auyantepui, el más alto de los tepui con 1.000 metros de altura y Jimmie vió una inquietante grieta en la pared. Entró con la avioneta y descubrió el Salto Angel, la cascada más alta del mundo. Estrelló la avioneta en la cima y tardaron once días en descubrir una ruta de descenso.
Canaima es el poblado más cercano al Salto Angel. Hace años aterrizaban reactores con turistas. Ahora la pista está destrozada, no hay camino por la selva y el río no es navegable. Sólo llegan avionetas.
Mi avioneta es como la de Jimmie Angel. Las plazas para cuatro pasajeros ya están ocupadas pero me colocan como copiloto. En Canaima por falta de turistas y agua en el río, no hay botes al pie del Salto, pero otra avioneta me lleva a sobrevolar el tepui. La avioneta no tiene instrumentos de navegación y el piloto se orienta con altímetro y brújula de bolsillo. Hay mucha niebla, llueve y para no perdernos volamos pegados a la pared y la cima.
Aterrizamos en Kavac, un poblado en el lado opuesto del tepui y el piloto espera el tiempo necesario para nadar en una garganta hasta la cascada que cae de la gran pared. De vuelta a Canaima, Kaiko, un guía indígena, me lleva a otras cascadas  andando en calcetines por la roca mojada para no resbalar.
Hay pocas avionetas y están ocupadas, pero al caer el sol, vienen a recoger a un indígena al que ha mordido una araña mono. Hay que llevarlo de urgencia a un hospital y aprovecho la emergencia para colarme en el vuelo y regresar a Ciudad Bolívar.

La noche del delta del Orinoco y sus comercios clandestinos
Wolfgang llegó a Venezuela en los años 70 después de navegar a remo los grandes ríos canadienses y buscarse la vida en la California hippy y predigital. Compró una barca pequeña para remontar el Orinoco y a través del Casiquiare, canal natural que conecta con el río Negro, llegar al Amazonas. Era tierra de guerrilla y contrabandos y le hicieron la vida imposible. En Ciudad Bolívar trabajó en empresas alemanas y como otros, se casó con una joven local. Como era carpintero, construyó algún alojamiento en el delta del Orinoco y una posada.
Insisto a Wolf que antes de morirse ha de tramitar los papeles de nacionalidad alemana a sus hijas. Es su mejor herencia y lo sabe, pero se ha vuelto perezoso y se entiende mejor con el suegro que con su mujer. La familia de ella son chavistas porque antes los negros y pobres no podían soñar con estudiar. La sobrina mayor tiene 14 años y pone orden en la tribu de los pequeños. La ayudo con los deberes y me explica que quiere ser ingeniera del petróleo y lo será.
Los indios warao son los que han construido en el delta las cabañas de Wolf. Son los únicos que saben vivir en este infierno verde que a primera vista parece un paraíso. Los warao saben hacer un claro en la jungla junto al río, cortar los troncos adecuados y hundirlos en el barro para construir encima. Cultivan yuca y maíz y saben de qué árboles se comen frutos y corazón, cazan capibaras y pescan diez pirañas en el tiempo en que yo pesco una. Es nuestra cena.
La noche es ruidosa, un concierto de animales, hojas y agua. El único silencio es el de las barcas que llevan bidones de petróleo y traen piezas de recambio entre la isla de Trinidad y el delta. La lengua de los warao del Delta del Orinoco es diferente de la de los pemón de la Gran Sabana y de los Yanomami del Amazonas, pero todos son primos lejanos.
De nuevo en Ciudad Bolívar, compro un boleto para "El Expreso de los Llanos". Una noche de ruta hasta Santa Elena de Uairén, en la frontera con Brasil y Guyana, que se convierte en un día entero después de tres averías. La primera se resolvió con la correa del motor de un camión accidentado y la segunda soldando la goma a la llanta con gasolina y fuego. El riesgo de sufrir un asalto era mayor en el tramo de selva que en el de sabana pero quizá los asaltantes también se quedaron sin repuestos.
Santa Elena es el punto de partida al tepui Roraima, otro fin del mundo. Un enclave de contrabando de petróleo con Brasil y de suministros a mineros ilegales. Las rudimentarias tiendas del centro compran oro y diamantes y venden armas y comida.
El gran escritor cubano Alejo Carpentier situó allí su novela "Los pasos perdidos". Un joven intelectual en unos convulsos años veinte del siglo pasado, busca un instrumento musical primitivo y se busca a sí mismo en un viaje a lo largo de los ríos que le lleva a las culturas primigenias y al origen del arte y las ciudades coloniales. Una obra maestra.


Roraima, el gran Tepui 1000 metros encima de la Gran Sabana
Roraima es el más alto de los tepui y su cima es una triple frontera entre Venezuela, Guyana y Brasil. Hay que transportarlo todo y la ruta son 6 días. Tres para atravesar la Gran Sabana y ascender, dos para vivir en la cima de un mundo perdido y uno para regresar. Inaccesible hasta 1838 en que se abrió ruta por una vertiginosa grieta cubierta por raíces y árboles. Un paisaje de otro mundo. La mitad de las plantas no existen en ningún otro lugar. Muchas se alimentan de insectos porque la tierra es pobre y hay demasiada lluvia. El tamaño de la meseta permite que la cadena de animales y plantas que se comen entre sí llegue hasta unas ranas negras emparentadas con especies africanas. Si el tepui Roraima fuera mayor, quizá la ficción de los dinosaurios actuales sería cierta.
El grupo lo formamos unos guías pemón con los que hay que hablar en inglés o español según su poblado esté en Guyana o Venezuela. Comparto tienda con Hiroshi, ex ingeniero del ejército japonés, frustrado al ver que la reconstrucción de Kuwait después de la guerra era un negocio para empresas norteamericanas. Empezó recorriendo Europa en bicicleta y sigue.
Esteban y Luisa son venezolanos y al oírme hablar bien de su país me regalan una gorra con la bandera. A Luisa le robaron el coche pero como no sabían manejar el cambio manual no se lo llevaron.
Philippe no tuvo tanta suerte. Es oficial de la marina mercante y atravesó en solitario el Atlántico. Vendió el bote y con una moto viajó por la Amazonia. Ahora tiene una agencia para turistas franceses pero en el último asalto la desvalijaron. Cuando lo denunció a la policía sospechó que sabían demasiado y los ladrones cumplían un encargo. Uno llamó durante el robo a su esposa para decirle que todo iba bien y que pusiera una vela a la Virgen. A Philippe le explicó que recién había salido de la cárcel y tenía un hijo que alimentar.
De vuelta a Ciudad Bolívar tengo suerte. En una buseta entran dos malandros y uno explica a los pasajeros que su hijo tiene cáncer y necesita dinero. Igualo la cantidad que entregan los otros pasajeros y el asalto me cuesta 20 céntimos. Si escucho pero no hablo, puedo pasar por local.
Todo viaje deja proyectos pendientes. Auyantepui se puede subir en 3 días y atravesarlo en 4. El descenso del Salto Angel son 14 rappels encadenados, en dos días y con una noche en una repisa. Este fin de semana en Ciudad Bolívar se hace la travesía a nado del Orinoco pero ya no quedan plazas. Hay 1.000 nadadores inscritos y el campeón lo atraviesa en 38 minutos. A la maratón de Caracas llegué tarde por dos días y me habría gustado correrla.
He pasado dos semanas en el Oriente de Venezuela y continúo viaje a Colombia volando a Maracaibo. Dos vuelos de 50 minutos por 16€. En la librería del aeropuerto hay fascinación por el supermalandro con cinco libros diferentes sobre Pablo Escobar, el resto son libros de autoayuda.


Ranchitos y esqueletos de oficinas y lujos en Caracas
Colombia.
Mi vecina de avión me convence y compartimos vehículo a la frontera colombiana. Ella va Valledupar, al otro lado. Es la capital del vallenato y mañana empieza el gran festival. No resiste no bailarlo. Su hermana, en Miami y su hermano, en Murcia, van cuando pueden. La península de La Guajira, ambos lados de la frontera, es pobre y el conductor y la criolla no tienen simpatía por los indios, les acusan de asaltos después de bloquear la carretera con piedras. De las guerrillas que han estado activas en la zona, hablan con más discreción.
Pocos pasajeros y muchos vehículos en la ruta. La gasolina es veinte veces más cara en Colombia y los vehículos llevan depósitos enormes, son bombas rodantes. De Riohacha a Santa Marta, el Caribe colombiano, la tierra de los "Cien años de soledad". Donde el mundo había sido tan nuevo que las cosas no tenían nombre y había que señalarlas con el dedo. El camino rodea la Sierra Nevada de Santa Marta que con 5.700 metros es la cadena marítima más alta del mundo en un descenso continuo desde glaciares hasta el Caribe.
En Santa Marta el taxista me lleva a mi hostal, "La brisa loca". Me explica que el vallenato tiene tres instrumentos. Acordeón, caja y guaracha. El acordeonista canta y el grupo compone la historia. Después me canta tres vallenatos seguidos. Un género con acordeón y relato. Santa Marta tiene tren, pero no tiene tranvía.
Tayrona es el parque natural más conocido de Colombia. Es la postal del Caribe con palmeras en pequeñas playas rodeadas de rocas. Bañarse es peligroso y avisan "Ya se han ahogado 200, no seas el próximo". En una decisión polémica, el gobierno privatizó la gestión de los parques y ahora la entrada es muy cara y los servicios inexistentes.
Fuera de la costa, hay senderos precoloniales y del narco. Intentando llegar a Pueblito, los restos de una ciudad precolonial, perdí la ruta y me encontré trepando entre piedras y árboles. Volver era peligroso por las grietas entre rocas. Una pareja francesa me había seguido y al oscurecer les convencí que era más seguro pasar la noche en la selva y esperar que amaneciera. Para la sed bebíamos agua encharcada filtrada con un pañuelo. Para el frío, abrazos a tres. Para el miedo, paciencia y conversación. Chloé era veterinaria y nos quitaba las garrapatas que nos comían.
La noche en la selva es mágica hasta la explosión de sonidos que anuncia la llegada del sol. Seguimos subiendo y buscando una salida. Los únicos caminos eran los que abrían miles de hormigas. En la cima había una antena destrozada y abandonada. No había camino pero en un lugar despejado teníamos cobertura. Mi boleto del parque tenía un número de teléfono y pedí ayuda. El rescate serían 150$ y pedí que trajeran varios litros de agua porque Chloé no iba sobrada. A Jean le entró una llamada de sus hijas desde Brasil quejándose que mamá, su ex, estaba en la peluquería. Realismo mágico.

Juan nos rescató de una jungla en la que ya había trabajado para otros.
Jorge y René, los rescatadores, no nos encontraban y pidieron más datos. Subido a la torre vi el mar pero no era suficiente. Horas más tarde oímos sus voces. En la jungla habían encontrado a Juan que les llevó hasta la torre. Hacía años había ayudado a construirla. Quizá era un eslabón de una vieja red clandestina para avionetas que transportaban armas y cocaína.
Seguir varias horas la ruta que abrían a machete hasta el cafetal de Juan y el poblado de Calabaso era un lujo. En la ruta Juan me explicó que las FARC nunca se establecieron en la zona pero que allí hubo un laboratorio de cocaína. Pagamos gustosos el rescate y muchas cervezas adicionales antes de despedirnos entre abrazos.
Un bus me lleva como único pasajero, junto con 200 depósitos de 24 litros de gasolina hasta Santa Marta. El conductor no pregunta por mi lamentable estado pero responde a mis preguntas. Se ha construido su casa con los viajes. En cada viaje desde la frontera invierte 500 y gana 600. A veces transporta arroz pero ahora no hay género. Si le para la policía, declara que lleva la mitad y llegan a un acuerdo.
Cartagena de Indias está invadida de cruceristas durante el día. Por la noche quedan los locales y los mochileros. En Getsemaní, barrio caribeño y negro fuera de las murallas, las puertas están abiertas y los vecinos en la calle, beben, charlan, bailan y juegan dominó.
Los españoles habían llegado buscando oro pero en América había plata. Sólo encontraron oro en los ríos de Colombia. También esmeraldas que siguen subiendo de precio porque al turismo chino le gustan porque son verdes como el jade. En Cartagena se guardaban los tesoros hasta que el viento permitía llevarlos a La Habana y Sevilla. Las murallas protegían de piratas e ingleses y en el último ataque Blas de Lezo salvó el Tesoro del Imperio. Le llamaban Mediohombre porque le faltaban pierna, brazo y ojo. Los ingleses eran diez veces más, perdió otra pierna y murió, pero ganó.
El museo de la Inquisición pone los pelos de  punta. En 201 años no declaró inocente a ningún acusado. En las guerras de independencia, cuando los independentistas controlaban la ciudad, la abolían. Cuando las tropas españolas la recuperaban, la volvían a implantar.
El modelo femenino en la Colonia era la Virgen María y ahora una cartagenera es Miss Universo. El lenguaje de género necesita actualización porque las ofertas de trabajo para peluqueras añaden "abstenerse flojas o problemáticas". Alguien dice que su novia no haría esta excursión porque ella necesita sentirse siempre hermosa.
Doce horas de bus nocturno hasta Medellín. Del Caribe a los Andes por carreteras de vértigo. Junto a los arcenes hay ranchitos pobres y cafetales, Juan Valdez se mueve a caballo y desde la puerta nos miran decenas de niños. Los adelantamientos son largos y de infarto pero las averías menos frecuentes que en Venezuela. Hasta Medellín, segunda ciudad del país y origen del escultor Botero y del narco Pablo Escobar. Los dos han dejado huella. El museo y estatuas de Botero y la ruta Escobar son circuito turístico. Algunas mejoras de la ciudad fueron pagadas por el narco y los barones de la droga fueron más generosos que los del petróleo.
Medellín es culta e innovadora, un modelo de regeneración urbana. El metro es moderno y en las estaciones hay bibliotecas con Internet. Lugares seguros para estudiantes. Diversos funiculares llevan a los barrios marginados y a los parques cercanos. Francisco, policía de Tarragona con quien comparto hostal me explica sus dudas en el Parque Arví. Va a La Habana a ver a una novia reciente y tiene miedo que le quite su piso si se casa y algo va mal.

Chiva en el Magdalena, de Silvia hacia Tierradentro.
La ruta entre cafetales sigue hasta Manizales y el Parque de los Nevados. Tres volcanes gigantes en la Cordillera que separa los valles del Cauca y el Magdalena. El peor es el Nevado del Ruiz. Está en alerta amarilla y no se puede llegar a la cima. Es un volcán explosivo, que no emite lava y después de avisar explota con vapor y piedras. Puede fundir la nieve del glaciar y provocar una tromba de agua y lodo. Llevaban días avisando al pueblo de Armero, por la mañana se marcharon muchos pero 25.000 personas esperaron y por la tarde les enterró la gran avalancha. Hacía 100 años ya había pasado lo mismo.

Ecuador.
Ruta hacia Ecuador por Cali, Popayán y Silvia. Sin tiempo para las ruinas incaicas de Tierradentro ni la costa del Pacífico. Por carreteras escarpadas, con registros de equipajes y controles militares. El tráfico en las fronteras aprovecha las diferencias de precios. Un celular que en Guayaquil cuesta 350$, en Ipiales, el lado colombiano de la frontera, cuesta 150$. El litro de gasolina que cuesta un teórico céntimo en Venezuela y un dólar en Colombia, cuesta 40 céntimos en Ecuador. Sacar beneficio a estas diferencias justifica el viaje de mis compañeros de bus.
El altiplano de Ecuador, una avenida entre dos hileras de volcanes, es una tierra fértil y ordenada. El país también lo parece. Pobre, desigual y con 80 cambios de gobierno desde la independencia, los gobiernos de Rafael Correa han dado estabilidad y crecimiento. La economía se dolarizó y arruinó los ahorros, pero ahora no se gobierna sólo para la élites. Se han reconocido los derechos indígenas y se ha frenado a las multinacionales del petróleo. En Ecuador 65% son mestizos y un 25% indios, pero la minoría blanca llama a esto populismo.
Quito era una ciudad conservadora donde la iglesia exhibía su riqueza. La Basílica del Voto Nacional no se refiere a la Soberanía Popular. Va del Voto al Sagrado Corazón. Los lujos del templo franciscano contrastan con el ideal de pobreza de su fundador. En el refectorio dominico, los inquisidores se inspiraban en imágenes de martirios, la iglesia jesuita es el templo barroco con más dorados del mundo. El arte indígena no sabía de pintura y la capacidad de representar las historias que contaban los frailes era prueba de su verdad.
Ecuador es un país pequeño y muy diverso. Sin tiempo para viajar a la Amazonia, Islas Galápagos o Pacífico, intentaré subir el volcán Cotopaxi. A pesar del mal tiempo, hay un grupo que sale en dos días y me aclimato subiendo los 4.680 metros del volcán Pichincha aunque la niebla y los gases del cráter no ayudan.
Cotopaxi. Descanso en una grieta del glaciar que lleva a un volcán activo.
Salimos de noche del refugio del Cotopaxi encordados y equipados. El tiempo es muy malo pero el guía local conoce bien la ruta y el glaciar. A 5.300 metros el tiempo empeora y nos protegemos en una grieta. Fabio me habla bien del presidente Correa porque ha profesionalizado a los guías, duda y decide seguir. A las 6h30 llegamos a la cima. No se ve nada pero a 5.897m se acaba la pendiente y el olor a huevos podridos de los gases calientes que salen del cráter helado confirma que estamos en la cima.
Al descender, el grupo vuelve a Quito y en la primera carretera busco un transporte que me lleve a Riobamba. Está en la antigua ruta del ferrocarril de Guayaquil a Quito, del Pacífico a los Andes. Con su construcción, la distancia se redujo de 14 días en mula a 1 ó 2 en tren. El tramo de la Nariz del Diablo supera 700 metros de desnivel en 10 kilómetros. Lo resuelve con dos zig-zag en que el tren para, el maquinista cambia agujas y lo deja caer marcha atrás para que suba. Lo construyeron penados ecuatorianos a cambio de su libertad y cuatro mil antiguos esclavos jamaicanos de los que murieron más de la mitad.
El conflicto ahora son las pensiones. Huelgas y manifestaciones porque los planes privados están en quiebra y los rescatarán los planes públicos pero con pérdidas. El domingo por la mañana en televisión Correa tiene un programa, atiende casos y lo explica. La solución pasa porque China compre deuda y petróleo a Ecuador.
A Ecuador lo puso en el centro de los mapas una expedición científica. El rey borbón francés envió a La Condamine para medir el ecuador. El borbón español lo autorizó incluyendo oficiales suyos. Medían triángulos pero se escondían los resultados. No era barato. La Condamine viajaba con 30 baúles y vendió joyas para comprar ropas al nivel de las recepciones criollas. El parque temático : "La mitad del mundo" expone estos saberes y permite fotografiarse con un pie en cada hemisferio.
Al regresar y cambiar vuelo en Barajas, saludaré al mural del escultor indígena ecuatoriano Oswaldo Guayasamín. En su casa museo de Quito expresa la desigualdad y violencia de Latinoamérica en los años 70 y 80. Su obra póstuma, la "Capilla del Hombre" equivale en artes plásticas al "Canto General" de Pablo Neruda. Otra etapa, otros libros, otras personas, otras montañas. La lengua y las emociones son compartidas.

Andes Norte. Venezuela, Colombia y Ecuador.

Detalles del viaje

Viaje del 8 de abril al 20 de mayo de 2015. Vuelo a Caracas. Paseo, metro y teleféricos. Bus a Ciudad Bolívar. Avioneta a Canaima, Salto Angel y Kavac. Coche al Delta del Orinoco, bote y caminata por la jungla. Bus a Santa Elena de Uairen. Ascensión de 6 días al Tepui Roraima. Bus a Ciudad Guayana. Vuelo a Maracaibo. Taxi compartido a Paraguachón y Santa Marta. Bus a Tayrona, caminada,  noche jungla y bus a Cartagena de Indias. Bus a Medellín. Bus a Manizales. 4x4 al Nevado de Ruiz. Bus a Cali, Popayán y Silvia. Bus a Ipiales y Quito. Ascenso al Pichincha. 4x4 y ascenso al volcán Cotopaxi. Bus a Riobamba. Tren Nariz del Diablo. Bus a Quito. Vuelo a Barcelona vía Guayaquil y Madrid.
En Venezuela sólo hay turismo en Canaima y algo en Roraima. No en Caracas. Bastante turismo en el Caribe colombiano y Ecuador. En Caracas no hay Hostels por la inseguridad. Alojamiento con  Airbnb. En Colombia y Ecuador hay buena oferta de Hostels. Buenos buses de compañías privadas. Hay que localizar las estaciones de cada empresa. Carreteras vertiginosas y con peligro por las dificultades del terreno. Comida excelente y barata en mercados, puestos callejeros o restaurantes. Peligro por transportes, accidentes naturales y montaña. La seguridad en Colombia ha mejorado y en Ecuador es alta. En los tres países hay que ser prudente. Ayuda no ser visto como extranjero.

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